CAPITULO 45

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Era curioso ver como a pesar de no haberse conocido hasta ahora, Nick y Ray parecían entenderse casi a la perfección, aparte del indudable parecido físico y el de algunos gestos y miedos en común, como el temor a las agujas y su forma de mirarme. Al parecer, a ambos les agradaba tenerme allí; aunque no era la única que parecía caerles bien, ya que Nick miraba de vez en cuando a Jake y le dedicaba una sonrisa encantadora.

Jake y yo estábamos apartados, observando cómo Jessica les realizaba la transfusión. Había decidido seguir el consejo de mi ahora cuñado y no dejarme influir por mis temores. Ni él ni yo hubiésemos deseado que Jessica y Ray compartiesen un pasado, pero aquello no tenía solución y no era justo que por mis miedos y mis orgullos, nuestra relación terminase. Eso sí, no le quitaría el ojo de encima a ninguno de los dos. Confiaba en Ray y no creía que fuese capaz de engañarme con otra mujer a día de hoy, pero no quería ni siquiera darle la oportunidad de intentarlo.

-Vaya racha llevamos –Jake pasó su brazo por mis hombros-.

-Demasiadas emociones en muy poco tiempo –asentí-.

-No dejes jamás que tu relación con Ray termine, pase lo que pase –soltó-.

-Yo amo a Ray, pero pensar que estuvo con otra aunque no me conociese en aquella época, me pone enferma –confesé-.

-Y si fuera al revés, él tampoco lo llevaría bien porque os amais –rió-.

-Otra en mi lugar, se la devolvería –reconocí-.

-Si hicieras eso, no serías tú –se puso serio-.

-Exacto –reí-.

-Cuando todo esté bien, recoged vuestras cosas y disfrutad de esas vacaciones a solas porque os vendrán muy bien –me recordó-.

-Sí, eso haremos –asentí-.

Jake me guiñó un ojo y se separó de mí cuando vio que Nick le llamaba. Me acerqué hasta ellos, pero Jessica me interceptó por el camino, arrastrándome al exterior. Suspiré resignada sabiendo que ella insistiría en que la perdonase y en recordarme la situación, pero me sorprendió al darme solamente un fuerte abrazo. Después, regresamos al interior y fui junto a Ray.

-¿Cómo ha ido todo? –le pregunté, acariciando su cabello-.

-Bien –asintió, con el rostro pálido-.

-¡Gracias por cumplir tu promesa y quedarte con nosotros, Silvia! –Nick llamó mi atención-.

-Siempre cumplo mis promesas, Nick –le sonreí-.

-Quiero mucho a mi mamá, pero también te quiero a ti porque haces feliz a mi papá y eres amable conmigo –confesó Nick-.

-Es lo menos que puedo hacer... Es inevitable quererte, cariño –le guiñé el ojo-.

-Nick, campeón... No sabía de tu existencia hasta hace unos minutos y quiero pedirte perdón si en algún momento te has sentido abandonado por mi... Si hubiera sabido antes la verdad, habríamos disfrutado el uno del otro –se disculpó Ray-...

-Mi mamá debió habérnoslo contado antes, pero más vale tarde que nunca... Tendremos tiempo para disfrutar el uno del otro, ¿verdad, papá? –quiso saber Nick-.

-Por supuesto, tengo muchas ganas de conocerte mejor y hablar muchas cosas contigo, pero será en unas semanas cuando regrese de mi viaje –le explicó Ray mientras apretaba mi mano con fuerza-.

-¡Te estaré esperando con ganas! –Nick se incorporó de la camilla y saltó cayendo de pie en en suelo-.

-No deberías hacer eso, aún estás muy débil –le riñó Jessica-.

Amor y monstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora