Las semanas posteriores al último enfrentamiento con los radicales, coincidiendo con la propuesta de matrimonio que Ray me había hecho; Jessica y yo estábamos organizando los preparativos de las bodas, ya que finalmente, decidí aceptar la fecha que me ofrecía y hacer una boda doble, por lo que solo tendría que preocuparme de conseguir un hermoso vestido y luchar contra el nerviosismo que crecía en mi interior conforme pasaban las semanas. Cuando Jessica y yo no estábamos organizando aquellos detalles y cuando podía estar sola, me dedicaba a pasear por la playa o el jardín privado de mi amiga, al tiempo que empecé a estudiar en la biblioteca.
A pesar de que ya llevaba mucho tiempo viviendo en el reino demoníaco, aún se me escapaban detalles importantes de esta existencia que quería conocer, como la proyección astral y otro tipo de magia. Además de la existencia de humanos, demonios, híbridos y licántropos, también había vampiros que eran los enemigos principales de los licántropos y divinidades. Cuando descubrí que los dioses antiguos, esos dioses que había estudiado en las clases de historia, mi asignatura favorita en el mundo humano, existían de verdad, no podía creerlo. Y estudiar a aquellas divinidades fue lo que me llevó gran parte del tiempo. Realmente, me gustaba conocer a fondo todos los detalles que tuviesen que ver con mi nueva existencia.
Mientras tanto, mi vida con Ray seguía su misma línea; aunque había cambiado el hecho de que en unos meses sería su esposa y de que quizá, tendríamos que buscar un hogar fuera del castillo para comenzar nuestra vida. Ray siempre reía cuando le expresaba mi preocupación respecto a eso porque decía que él se estaba encargando de todo. En aquellos meses, él también seguía entrenando, a veces solo o con mi compañía, y su forma volvía a ser la de siempre.
Respecto a mis amigos, había algunas novedades. Will le había pedido matrimonio finalmente a Kya y esa era la razón por lo que ambos habían viajado a visitar a Adam. Will quería hacer las cosas bien y sabía que el paso más importante que le quedaba por dar era conseguir la aprobación de Adam, del que por cierto, llevaba meses sin saber nada directamente, solo por las cartas que se escribía con Kya. Imagine que aún debía estar molesto conmigo y se me planteaba la duda de si invitarle o no a mi boda con Ray porque quizá aquel hecho le dolería por haber sentido algo por mí que no sabía si aún sentía. A mí tampoco me gustaría ir a la boda de una persona a la que amo y en la que yo no sería su pareja.
Alfred y Yolanda continuaban su relación. Realmente, Yolanda nos había sorprendido a todos por su real cambio de actitud y porque se notaba a leguas que estaba enamorada de Alfred. Mi amigo le había propuesto a Yolanda convivir juntos en el castillo y se habían lanzado a la nueva aventura del amor, además porque ella estaba embarazada y tenía toda la pinta de que sería el primer bebé que corretearía por las paredes del castillo y daría alegría al hogar.
Jessica y Jake también estaban muy felices con el futuro tan brillante que se les avecinaba. Ellos se amaban desde que tenían memoria y el hecho de que por fin pudieran amarse libremente, era algo que aprovechaban día a día. Jessica también había descubierto que estaba embarazada y eso me hacía la mujer más feliz del mundo. A mí me encantaban los niños y estaría encantada de ayudarla con su bebé, una nueva alegría en nuestras vidas. Era sorprendente el aumento repentino de la natalidad, aumento al que yo no me uniría en mucho tiempo o eso esperaba.
Y me encontraba pensando en todas estas cosas, sentada sobre las rocas de la playa. Siempre que necesitaba pensar, éste era uno de mis sitios favoritos. Unos pasos aproximándose a mí, me sacaron del trance. Alcé la mirada para encontrarme a un sonriente Ray que se acercó, sentándose a mi lado y besando mi mejilla.
-Llevo buscándote un buen rato, cariño –pasó su brazo por mis hombros-.
-Aquí estoy, mi amor –le sonreí-.
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Amor y monstruos
General FictionMi nombre es Silvia y soy una adolescente con una vida monótona y aburrida...y así fue hasta que conocí a Jessica, una adolescente con un toque oscuro, nada popular y que extrañamente, me caía bien. Jamás imaginé que mi vida cambiaría tanto al cruz...