CAPITULO 19

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Seis meses después...

Josh por fin había salido de nuestras vidas, sin conseguir el control sobre el reino. Tras haberle descubierto con su amante, con Yolanda, de la que llevábamos sin saber nada desde aquel incidente, habíamos conseguido agarrarnos a una de las clausulas de su contrato prematrimonial para impedir ese matrimonio y con ello, Jessica le echó de sus tierras a pesar de que Josh juró venganza.

Mi amiga ejercía sus funciones de reina con más calma y con la ayuda de Jake, que ya se había convertido en su prometido y habían puesto fecha para su boda, dejando claro que querían formalizar su amor. Me alegraba muchísimo por ellos porque eran mis amigos y se les veía realmente enamorados.

Con respecto a Alfred, había estado un par de meses sin acercarse a mí y aunque me dolía su distancia, era consciente de que era lo mejor si es que aún sentía algo por mí. Y tras esos meses sin hablar, él volvió a acercarse como un amigo y realmente sentí que sus sentimientos hacia mí como pareja ya estaban enterrados.

Y respecto a Adam y Kya, seguía en contacto con ellos. Kya y yo intercambiábamos cartas y de vez en cuando, cuando el tiempo nos lo permitía, hablábamos por teléfono. En el reino de los licántropos, del que Adam era el líder, Kya le ayudaba muchísimo con las tareas y le costaba sacar un hueco para llevar una vida social normal; pero me alegraba no haber perdido contacto con ella, además de que estaba conociendo muchas más cosas sobre los licántropos.

Y respecto a Ray, aquellos seis meses que llevábamos juntos como pareja y conviviendo, estaban siendo los mejores de mi vida. Jamás imaginé que tendría tanta suerte y que encontraría al hombre ideal en él, pero todo era perfecto con él. Era un buen hombre, responsable, trabajador, cariñoso, respetuoso y en la intimidad no tenía palabras para describirlo porque todo se reducía a perfección. Y sobre todo, nuestro amor era fuerte y auténtico. Sin duda, Ray era el hombre de mi vida.

A veces, la amenaza de una nueva guerra o de la supuesta venganza de Josh contra nosotros por intervenir en sus planes de futuro, me preocupaba. Por suerte, éramos muy precavidos y de momento, las cosas estaban tranquilas en ese sentido y ojalá siguieran así muchísimo tiempo...

Aquella mañana de diciembre, me encontraba en el castillo con Jessica. Ella había elegido la fecha de su boda para el mes de junio, coincidiendo con el día de su cumpleaños. Y aunque quedaban muchos meses para el evento, había muchísimas cosas que organizar. Era por eso que mientras los chicos se encontraban trabajando en el gremio, nosotras estábamos en la biblioteca haciendo mil cuentas y concretando miles de ideas para su enlace.

-¿Sabes lo que he recordado esta mañana, Silvia? –Jessica me sacó de mi ensoñación-.

-Tu mente suele ser muy caótica, amiga –bromeé-.

-Recordé que hace casi un año llegaste aquí por primera vez –me dedicó una sonrisa adorable-.

-¿Quién diría que aguantaría tanto por aquí? –sonreí-.

-Se lo debemos todo al general Watanabe –me guiñó el ojo-.

-Está muy misterioso últimamente, me tiene preocupada –reconocí-.

-Está encantado contigo, quizá tiene mucho trabajo y es eso lo que le tiene distraído... ¿Qué tal en la intimidad? –quiso saber-.

-En eso, no ha cambiado nada –me sonrojé-.

-Entonces, está bien –le quitó importancia-.

-Y otra cosa que me preocupa es la venganza de Josh –añadí-.

-No hay que confiarse, pero ya ha pasado mucho tiempo y todo está más que tranquilo en ese sentido, no como con el ganado que está empezando a caer gravemente enfermo –intentó calmarme-.

Amor y monstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora