Tal Vez

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Bien sé,  que lo que estoy narrando,
No tiene mucho de original;
Pero,  mientras,  voy caminando,
Tal  vez, algo nuevo,  podría brotar.

Claro que,  si  bueno,  o  malo,
Sólo el tiempo  me  lo dirá…
Y, en el  camino;  mientras tanto,
En más de  una  aventura, llegue a triunfar.

O no ; pero tal vez.

Ya  los miedos  van  desfilando,
Tal  vez  no lo debería intentar;
Miedo,  a nuevos sufrimientos ir ganando,
Miedo,  a lo que  me he  ido apegando, dejar.

Miedo por  esos  dolores pasados,
Y por aquello que  el futuro desestabilizará;
Y también miedo,  por ese absurdo estado,
Miedo,  a los nuevos miedos, que  he  de inventar.

¡Y todo, por  un  tal  vez!

Pero digamos  que,  de esto,  ya me estoy cansando,
Y por un  momento, no me puedo evitar sentar;
A contemplar  las  mil  cartas de este juego intrincado,
Y las combinaciones,  que  la  lógica baraja, me  pueda  dar.

Tal  vez… tal  vez…

Pues,  con el tiempo he experimentado,
Y aprendido, a bien ver; y  tomar;
Y, aunque sencillo no me ha resultado,
Por cierto,  también he aprendido a soltar.

Y en el medio, a pesar  de  los miedos,
Por aquello,  que siento y  pienso,  luchar;
Y siendo sincero,  más de una  Diosa,  creo,
Su valiosa bendición, me dará.

En forma de un… tal  vez.

Y levanto mi  mano, mucho que  perder  no tengo;
A lo sumo, desde cero  volveré a comenzar;
Voy a  darlo todo;  no me  quedaré quieto;
En el gran  Templo,  tendré tiempo,  para descansar.

Anótenme…

Tal  vez  esto, tal  vez  aquello;
Tal  vez  lo bueno,  lo malo,  o más allá;
Tal  vez  todo,  o nada, tal  vez  algo,
No lo sé,  pero declaro,  que lo he de averiguar.

Y aquel  impredecible viento,
Presiento, que hoy  le apetece  ayudar...

A ver…

¡Miren a las mil  cartas del destino…!
¡Mírenlas girar y  danzar…!
Al  compás,  del caótico  torbellino…
Mírenlas,  no las dejen  de mirar…

Muy bien…

Entre este, y  ese,  y  mil  tal  veces,
Uno,  es el  que yo  elijo adoptar;

Que,  en el  gran  mar,  de  veces y  reveces,
Tal  vez… tú, sintiendo lo mismo,  estás.

¡Tal  vez!

Tal  vez  también has estado buscando;
Y aquí, y  ahora, algo se  nos viene  a mostrar;
Tan sólo no les digas, a esos  miedos taimados,
Como  es,  que los hemos llegado a superar.

¡Con nuestro propio tal  vez!

¡Cómo no he de  seguir  caminando!
¡Si, tal  vez  tú, y  yo,  y el  viento jugando…!
¡Si, con  las mil, más una , cartas,  en nuestras manos…!
¡Tal  vez, un nuevo  mundo,  se esté comenzando a gestar!

Y ésta vez; sintiendo, y pensando,
Ésta vez sé, que, mirando...  no me he de  quedar.

Fin del primer sendero

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