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Como fue en el más lejano pasado; entre nada, y nada; y luego entre dato y dato; así también ahora, entre mentes, y máquinas.

  Como fue sucesivamente; de rama en rama; desde la lógica a las matemáticas; de la física a la química; y de la épica biología, a la sociología más refinada; tiende una, y toma la otra; y reformulándose, sus filosofías se enlazan.

  Y emerge un nuevo ente; abstracto, cambiante e inacabado; como cualquier ser viviente; pero como nunca antes se ha dado.

  Marchaban los hombres, negando, aprobando; por sus intereses luchando; y gigante marchaba entonces el Hombre; como reflejado.

  Pero los hombres, no sólo marcharon y lucharon; también, lentamente, paso a paso, nuevas emergencias fueron despertando; lenta, y progresivamente; junto a sus poderes, entre cada uno de ellos, mutuos derechos se otorgaron; y así los hombres; finalmente; trascendentalmente, se declararon, humanos.

  Y el Hombre, no se quedó atrás; sus consecuentes pasos también ha dado; a veces menos, a veces más; pero siempre avanzando; y mientras mutaban sus moléculas; genes y células; también él; y su consciencia, evolucionaron.

  Y miró hacia abajo; la cansada tierra que estaba pisando; y miró hacia arriba; un infinito cielo esperando; y se miró a sí mismo, y dijo; he aquí mis resueltas manos; formada por miles de millones de brazos; he aquí mis pies marchando; por no menos cantidad de piernas empujados; he aquí mi ser; una racional escalera; una universal mente despertando; e inmediatamente planificando por más.

  Biológica; tecnológica; material y virtual; hacia adelante; hacia arriba; hacia más y más allá; en todas las direcciones, en pos de una nueva singularidad; he aquí y ahora, mi nuevo y autosuperador nombre; un papiro por desenrollar; he aquí, entre el Alfa y la Omega; desde la Nada, hacia el Todo; ascendente: he aquí, y ahora, la Humanidad.


Un Nuevo MitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora