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  Ese extraño fruto despierta; a su modo emerge sobre un rincón de la extensa copa; y a su modo también lo interpreta.

  Más allá de las duras reglas, considera sus ramas, sus racimos, y sus familiares nichos en un especial jardín; un paraíso; creado, depositado, y encomendado, al cíclico cuidado de sus responsables tareas.

  Y sobre él se pasea; de a momentos entretenido; y luego aburrido, del ordenado y pequeño mundo que le rodea.

  Entonces, su humilde mirada eleva; observa, intuye, y reinterpreta, aquellos límites entre las naturalezas, de lo permitido, y lo prohibido.

  Y la palabra Más, se le presenta; seductora, deliciosa, sacrílega lo tienta; y en él su mano emerge, se libera, se estira; trascendentemente se niega, y poderosamente le dice ¡SÍ!, a la superación de viejas barreras.

  Y sus ojos se abren; y perciben la caída; su desprendimiento del árbol que antes lo contenía; hacia inciertos valles, y hacia duras travesías; pequeño, y desnudo ante la gran Naturaleza; que ve ahora, convertida en su enemiga.

Un Nuevo MitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora