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  El  gran árbol  del  hombre se alza; una torre; un majestuoso pilar de consciente vida estirándose hacia las  estrellas; y como queriendo  desentenderse de la tierra, con rebelde osadía la pisa.

¡Grande es  el  hombre!, dicen sus  luminosas  ramas; y grande es  la  ciencia  con  la  que  se arma;  y  transforma  carne  y  sangre en los  más  variados  trigos  y  vides.

  Ensancha  sus  raíces ;  y  cada  una  de  ellas  pide  Más;  y  prestas las  llamas  dicen:  ¡Sea!;  que se  ensanchen  nuestros  caminos; y  que  en  cenizas  se  convierta,  todo  aquello  que  se  nos resiste.

Y el  círculo  negro  crece;  y  la  Naturaleza  cede;  y  sus  paisajes, salvajes  e  imponentes,  se reducen  o  convierten,  en  las domésticas  fuentes  para  los  lactantes  frutos  del  nuevo  árbol; nodrizas  para las  disconformes  bocas  de los  hijos  del  hombre; la  pródiga  simiente  que  ya reniega  de  su  pequeño  mundo,  y  se propone  hacer emerger los  siguientes.

Un Nuevo MitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora