La Emoción Altruista Concervadora

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  Yo soy.
  Soy en el espacio; me extiendo de la nada al todo y del todo a la nada.
  Los eslabones de mi existencia se despliegan en todas direcciones, conectándome con infinidad de otros.
  Pero ese es sólo un aspecto.
  Yo soy también en el tiempo.
  Sagrados eslabones me conectan con el Yo primordial.
  Miro a través de ellos, los innumerables Yo que me han concebido; éstos otros yo, a quienes me debo.
  Los ancestros.
  Contemplo a algunos; por cada uno de ellos, este mundo ha dejado de lado billones de cadenas.
  Cada eslabón es un milagro; un milagro que se extiende hacia mí.
  Y yo no soy otra cosa, sino deuda hacia cada uno de ellos.
  Soy efecto y producto de sus energías.
  Oh madres; oh padres…
  Oh progenitores…
  En sus caricias, recuerdo la inocencia de mi infancia; la tierra por la que corrí y me alimenté.
  Las enseñanzas que me dieron, me han mantenido sano y fuerte.
  En sus besos pude sentir el amor de la creación primera, pues ustedes son la victoriosa cadena que me transporta al inicio del tiempo.
  En ustedes, mis más arcaicos ancestros permanecen vivos; y gracias a ustedes, los tengo conmigo.
  Pues en mis genes y memes, me comunican sus bendiciones y aspiraciones.
  Los cuentos que me contaron, son hoy mi más personal mitología; y las canciones que me cantaron, la base de mi particular folklore.
  Con aciertos y errores me cuidaron, me alimentaron, y me formaron a costa de su propia energía.
  Y para bien o para mal, hicieron lo que pudieron con lo que tenían.
  Soy la prueba; de que la fórmula que representan y han desarrollado, se ha mantenido exitosa, desde los albores del mundo contra todas las posibilidades; y al lado de incontables extinciones.
  Entonces siento; que el modelo que representan, merece ser respetado y continuado.
  Por al menos una generación más.


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