He madurado; se ha desarrollado mi estado, y he cumplido con mis insuficiencias.
Debo asumir, sin embargo, que mi bienestar significó innumerables extinciones.
Ese fue entonces, y ese es aún el modo de juego.
En el mercado de las voluntades, me abrí camino; afirmé mis jugadas y gané mis derechos.
Mi existencia se amplió, ganando mi acceso a no pocos cultivos y rebaños.
Ya no me mueve la sed por lo que no tuve, sino la administración de mis ingresos energéticos.
La mano de la vida me acompaña; puedo invertir mis excedentes en lo que me venga en gana, desde la contemplación a la frivolidad.
Finalmente soy; no sólo en mi constitución material, ni sólo en mis posibilidades lógicas; sino que, sobre todo, todo aspecto del mundo; todo objeto condicionado directa o indirectamente por mis energías, ese soy yo; ¡ese es mi yo, extendido por el mundo!
Pero la enorme energía que en el mundo he invertido, no sólo ha producido aceptación;
También ha generado resistencias en distintos grados.
El proceso de las cosas me ha hecho aceptar como normal, que los otros interpreten y cultiven su propia parcela del mundo, de la manera en que les plazca.
Pero hay algo más inmediato que estoy obligado a asumir.
Que el precio de las parcelas está determinado por su limitada, su escasa cantidad; y no todos están dispuestos a jugar limpio.
Y que la abundancia de mi yo, es un faro que atrae la atención de los codiciosos que, pudiendo, no piensan pagar lo justo.
Lo entiendo perfectamente, pues yo he sido tentado por esa posibilidad.
La generosidad y la codicia están destinadas a chocar.
Sin embargo, esa comprensión es el límite de mi tolerancia.
Tengo todo lo que necesito; mis posesiones y mis relaciones son la extensión de mi yo, y por lo tanto, debo cuidarlas, como me cuido a mí mismo.
Mientras mayores sean ellas, con mayor fuerza emergen la responsabilidad y la preocupación en mi yo, pues la vulnerabilidad de una de mis partes atenta contra toda mi existencia.
Yo ya no busco el conflicto, pero la variada naturaleza de las voluntades dicta que tarde o temprano ellos vendrán por mí.
¿Qué hacer?
El nuevo panorama me ha sobresaltado, pero ese mismo sobresalto enciende y prepara todo mi ser; para transformar nuevamente mi derecho en hecho.
Y erguido exclamaré:
¡Vosotros, acechadores!; que os preparáis para llenar por medio de la rapiña a vuestro yo vacío; sabed que ésta no será cualquier presa; que no se dejará convertir en un pasivo objeto.
Que desalentará, defenderá, esquivará, y contraatacará.
A mil formas de ataque, contrapondrá mil y una formas de defensa.
Vosotros buscáis aprovecharos de los pequeños y los débiles; Yo estoy en la flor de la vida, y mi determinación es grande y fuerte.
Tal vez; en algún fatídico día, el inexorable tiempo torne frágiles mis cimientos; pero hoy estoy aquí, parado en pie de guerra; afirmando mi legitimidad de ser, ¡y de seguir siendo quien soy!
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Un Nuevo Mito
PoetryCamínate a ti mismo, y verás cómo la Humanidad se levanta y camina contigo