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  Y devino ella; un puñado de leyes, un manojo de materia; reciente; caliente; rellena; y envuelta, de miles de millones de promesas.

  Espontánea se despierta; frágil se tambalea; pero decidida, y hambrienta, se apresura y avanza; se extiende, expande y recrea; inestable; imparable, e irremediablemente modifica con sus procesos, uno a uno cada rincón de la tierra.

  Y más crece, y más se alimenta; un nuevo fuego que se apodera; y empodera diseñando, imprimiendo, y sellando, de ahora en más, el modo y proceder de los ahora suyos, espacio, tiempo y materia; una nueva y todopoderosa divergencia; un nuevo reino; un abanico de nacientes, y crecientes generaciones de voluntades; y sus acumulativas experiencias.

  Y su vigorosa manera; fértil, potente y explosiva; desde su origen combatiente; y desde entonces, Invicta; he aquí, recién devenida, la Vida, y su naciente Era.

Un Nuevo MitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora