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  Un algo, un número, un uno; un todo bastante extraño; con un centro puro, e incontables espiralados brazos; no menos capas alternadas, no menos exteriores espacios; expresiones binarias de un mismo relato; un singular huevo, que a sí mismo, se ha fertilizado.

  Un nudo en que se atan mil embriones, por mil leyes codificados; primordiales fuerzas esperando; y planeando futuras expresiones, manifestaciones, partituras de las canciones, llamadas materia, energía, tiempo y espacio.

  Todo entremezclado; no muy diferenciado; cuantitativamente variando; paso a paso, dato por dato; en un mismo y universal estado; singular, homogéneo y equilibrado; aunque por todos lados, frágil; y su cascara lo va demostrando.

  Masculino y femenino; positivo y negativo; y mil conflictivos intermedios estados. Tirando, empujando; luchando; paradójicamente desestabilizando; y dando su final, a ese infinito circuito cerrado.

  Datos, datos, y más datos; contenidos, mas ya no aprisionados, ni esperando; sino clamando por manifestarse, narrarse; e imprimirse más allá de su originario estado; se entretejen las fuerzas, y va aumentando la inspiración; cada dimensión se va preparando y el embrión de embriones; regresivamente contando, anuncia que romperá el silencio; que no se quedará callado; que la prenatal etapa, y su ahora opresiva cáscara, aquí y ahora, ¡el Universo ha superado!

Un Nuevo MitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora