Divinidad

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Toda  mi vida, te he esperado…
Diosa.
Muy antes de  nacer, te he buscado…
Diosa de diosas.

Ya  sumergido, he juramentado…
Mi  diosa.
Y del  gran Éstige,  me  he  burlado…
Mi  diosa de diosas.

No me  dividirán, por  mucho tiempo…
No van a poder,  borrar  lo que  siento…
Y nacido;  recordé la  unidad…
¡Muéstrame  el  camino, oh divinidad!

Oh mi diosa…
Oh mi diosa de  diosas.

Mi  inocencia, te había intrigado…
Atrevida.
Tu  curiosidad, había despertado…
En esas ninfas.

A sus graduaciones, he  aportado;
Ellas, a la mía…
Y  tu  brillo pude ver  bajando…
En la sacerdotisa.

Ella y tú, me prohibieron tocarla…
Pero no,  el contemplar  su espalda…
Y mientras ambas;  por  dentro,  sonreían…
En su dulce  cuello,  te me  describías.

Oh mi diosa …

En unas, se  definió tu boca;
En otras,  emergió  tu sonrisa;
Tus ojos noté en unas pocas,
En esa mirada, adolecía.

Cuanta dicha, y cuanta agonía ...
En los brazos de la  soñadora;
Y pude al  fin, admirarte;  Toda,
En la brasa que quema, e ilumina.

¡Diosa mía!

En un  par  de horas, en un  par  de vidas;
En un  par  de empujones…
heroínas;

En cada una, las mil  diosas brillan,
¡Para todas, la libertad  y la alegría!

Dejando sus  marcas, siguiendo sus vías;
Las que pasaron, y  las que se avecinan;
Ayudando a invocar,  tu gran  poesía,
Y haciendo crecer,  ese mundo idealista.

Donde no  hay división,
Donde  no hay mentira;
Donde yo soy tuyo,
y donde tú, eres  mía.

Mi  diosa, de diosas.

Un Nuevo MitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora