[ 𝟎𝟏 ; 𝟒𝟕 ]

603 108 6
                                    

HOLA, ESTOY ESCRIBIENDO EN MAYÚSCULAS PARA QUE NO DEJEN PASAR ESTE AVISO.

A PARTIR DE ESTE CAPÍTULO EN ADELANTE, EL FANFIC NO ESTÁ EDITADO, QÚE QUIERO DECIR CON ESTO, ME REFIERO A QUE LA NARRACIÓN, REDACCIÓN E HISTORIA ESTÁ COMO LA PRIMERA VEZ QUE LO ESCRIBÍ, POR LO QUE ES MUUUUUUUUY PROBABLE QUE SE ENCUENTREN CON ERRORES, ESCRITURA DE BAJO NIVEL Y PEORES HORRORES QUE LOS DEL MISMO INFIERNO, ASÍ QUE, SEAN PACIENTES, QUE POCO A POCO IRÉ EDITANDO LOS CAPÍTULOS Y ESTE AVISO SE IRÁ MOVIENDO A LA PAR DE LOS QUE YA ESTÁN LISTOS UWU.

LOS VUELVO A PUBLICAR, PORQUE HAY GENTE DESESPERADA QUE PARECE QUE LES ROBÉ LA VIDA AL MANDAR A BORRADORES EL RESTO DE LA HISTORIA KJASHDKJAHSDKJAHSDJKAHSDKJHASD, IGUAL, CREO QUE A PARTIR DEL CAPÍTULO 70, EL FANFIC YA TIENE MI MANERA ACTUAL DE ESCRIBIR/NARRAR, POR LO TANTO... NO SÉ, SÓLO LEANLO CON LO QUE LES DIJE EN MENTE, PUEDEN HABER ERRORES Y MUCHOOOO CRINGE JDKASJDHAKDJ.

ADIÓS.

***CUANDO UN CAPÍTULO YA ESTÉ EDITADO, ESTE AVISO PEDORRO NO APARECERÁ AL PRINCIPIO***

[...]


Desde que tiene memoria, recuerda que su padre nunca estuvo presente en su entorno y que fue criado por sus abuelos y su madre hasta que cumplió los siete años, donde se mudó con su progenitora a un departamento y continuaron adelante los dos solos, sin embargo, Kang Changmin siempre cumplió con el apoyo económico, incluso mandando más de la cuenta, pues esa era su manera de demostrar compromiso con la crianza de su hijo, niño que vio una vez fue dado a luz y contadas veces después, pero sus primeras conversaciones con el chico fueron cuando este cumplió los doce años, donde Choi Hyoyeon creyó conveniente que el hombre hiciera aparición en la preadolescencia de su retoño.

Los problemas que provocaron la ruptura de la pelinegra con el adinerado sujeto fueron los que concluyeron en que esta no le permitiera relacionarse con él, porque ella alegaba que nunca permitiría que su hijo pensara que estaba bien tener dos familias, como sería el caso del individuo de cincuenta años, quien mantuvo una relación con ella, ocultándole que era casado y que ya tenía dos hijos, entonces, en el momento en el que quedó embarazada de su preciado bebé y se enteró de que ella no era más que la simple amante, su carácter fuerte se remarcó, cortando la relación y prohibiéndole los acercamientos con Choi Beomgyu, puesto que llevaría su apellido y no el de él, ya que, la mujer sería quien lo cuidaría y no ese "mentiroso", como le apodó Choi Hyoyeon.

Los años se ocuparon de barrer el rencor y aligerar el ambiente entre ambos responsables, mas no significaba que el amor de la azabache renaciera, porque claramente ella no pudo ver nunca más al castaño con los mismos ojos, y Kang Changmin tenía otra familia de la que hacerse cargo responsablemente, pero cuando pudo finalmente interactuar con su hijo, se dio cuenta de lo mucho que ese chico se parecía a su madre. Era extrovertido, conversador y risueño, al menos eso pudo ver por fuera, debido a que nunca conoció su interior, pero no tenía nada que envidiarle a su ex-pareja, pues ella tampoco era una verdadera conocedora de la condición del pelinegro, de la preocupante necesidad de aprobación y dependencia emocional que poseía, y cómo esta se acentuaba en el momento en el que conocía a las personas equivocadas.

-Estoy en casa -avisó, cerrando la puerta y encontrándose con su madre en el sofá -. Papá te manda saludos -comentó, quitándose la mochila de la espalda y desatándose el nudo de la corbata.

-¿Cómo te fue? -se giró, sonriente -¿A dónde te llevó a comer hoy? -preguntó, curiosa de la experiencia del pequeño con su progenitor.

-Oh, fuimos a una cafetería demasiado cara con Hyewon noona -nombro a su hermanastra -. A ella le gusta castigarlo así, supongo... -medio rió ante la conducta de la chica castaña -Ella también te mandó saludos -recordó de repente.

-Qué dulce es~ -agradeció -¿Qué comieron? -continuó cuestionando, interesada de la reunión que tuvo su hijo.

-Bueno, noona eligió la comida... La más cara, por supuesto... -la mujer liberó una carcajada, contagiándolo -Fue un batido de chocolate y un sándwich con muchas cosas dentro, muy delicioso, huh... -dijo dando leves palmadas en su abdomen.

-Me alegro que hayas comido bien -sus ojos se hicieron medias lunas -. Estás muy delgado, Beomie -agitó su dedo índice.

La conversación entre madre e hijo prosiguió, abordando otros aspectos de su encuentro familiar, pero se vieron interrumpidos cuando llegó el joven de cabellos blanquecinos, quien maldijo mentalmente al encontrárselos a todos concentrados en un solo lugar, específicamente en la sala de estar.

-Bienvenido, Yeonjun -saludó la pelinegra.

-Hola, hyung -la manera en la que el rostro del menor brilló era invaluable y sólo por ver a su hermano.

-Hola -devolvió el gesto, apurándose en irse a su habitación, sabiendo que el contrario lo seguiría y dándose por vencido a estar solo un rato.

Efectivamente, Choi Beomgyu se excusó diciendo que tenía que estudiar y partió en búsqueda del universitario, adentrándose al estrecho pasillo de los dormitorios y cruzando el marco de la puerta del suyo que compartía con el rubio, la cerró.

Choi Yeonjun estaba de cara a la pared, terminando de colocarse una camiseta nueva mientras leía los mensajes que sus amigos iban mandando en un chat grupal, todo a la vez que era observado por el azabache por detrás, chico que no se limitó a eso y, dando un par de zancadas, llegó hasta su hyung y lo abrazó por detrás, aferrándose a su abdomen con cuidado y acostando su cabeza en su espalda.

Desde ese día en el que se le ocurrió actuar con gentileza, el adolescente había adoptado una forma de ser más cariñosa y demostrativa, aprovechando cada instante para tirársele encima y acurrucarse contra su cuerpo, constantemente buscando amor.

-Llegaste temprano, hyung... -nuevamente usando un tono de voz meloso.

-Mmh, sí -asintió desganado -. Mis clases terminaron antes... -no tenía sentido mentir, por lo que dijo la verdad.

-Qué bien -opinó sincero.

Aún recordaba la primera vez que su hyung se acostó en su cama y lo abrazó cuando estaba llorando por haber peleado con su ex-novio, probablemente desde ese momento asimiló el aroma de su hyung con tranquilidad y seguridad, desencadenando su necesidad de estar pegado al cuerpo impropio.

-No planeas soltarme, ¿verdad? -soltó al aire, palmeando un brazo del más bajo.

-No quiero -refregó su cabeza cerca de unos los omoplatos ajenos.

-Si no me sueltas, no puedo besarte -murmuró, cerciorándose de que sus palabras no pudieran ser oídas por externos.

Y era tan preocupantemente sencillo derretir su corazón, tanto que alguien con raciocinio básico y que haya pasado por una decepción amorosa, sabría que debía de desconfiar al menos un mínimo respecto a las intenciones que aparentaba presentar el contrario.

Completamente expuesto, ¿no que ya había sido herido?

Soltó el agarre de sus delgados brazos, permitiéndole al mayor girarse en su dirección. Sus ojos se encontraron sin dificultad y el semblante del menor reflejó cada emoción que en su interior se desataba. Las manos del universitario viajaron hasta las mejillas del opuesto, quien subió las propias y las posó sobre las suyas, todavía mirándose, cada uno con un par de orbes que reflejaban diferentes mentalidades, siendo estas una dolorosa combinación que les pasaría la cuenta en diferentes momentos de sus vidas.

Entonces, Choi Beomgyu erradicó la separación, uniéndolos en un beso suave con carente participación de sus lenguas, sólo saboreando los belfos del otro y llenándose de distintas sensaciones que repercutían en el estómago del azabache, mostrándose como tontas mariposas que le provocaban cosquillas satisfactorias.

Pero Choi Yeonjun aún tenía sus ojos abiertos, inspeccionando la necesidad que transmitía la acción que ambos ejecutaban, sin embargo, esa desesperación era unidireccional, proviniendo del de menor estatura, adolescente que le gritaba -inconscientemente- con todo su ser que lo rompiera en mil pedazos, que él seguiría ahí a pesar de todo el daño que pudiera provocarle.

Entonces, ¿por qué no se protegía?






















































❝𝒅𝒓𝒐𝒑𝒐𝒖𝒕❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora