❝𝒅𝒓𝒐𝒑𝒐𝒖𝒕❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾

[ 𝟎𝟏 ; 𝟒𝟓 ]

HOLA, ESTOY ESCRIBIENDO EN MAYÚSCULAS PARA QUE NO DEJEN PASAR ESTE AVISO.

A PARTIR DE ESTE CAPÍTULO EN ADELANTE, EL FANFIC NO ESTÁ EDITADO, QÚE QUIERO DECIR CON ESTO, ME REFIERO A QUE LA NARRACIÓN, REDACCIÓN E HISTORIA ESTÁ COMO LA PRIMERA VEZ QUE LO ESCRIBÍ, POR LO QUE ES MUUUUUUUUY PROBABLE QUE SE ENCUENTREN CON ERRORES, ESCRITURA DE BAJO NIVEL Y PEORES HORRORES QUE LOS DEL MISMO INFIERNO, ASÍ QUE, SEAN PACIENTES, QUE POCO A POCO IRÉ EDITANDO LOS CAPÍTULOS Y ESTE AVISO SE IRÁ MOVIENDO A LA PAR DE LOS QUE YA ESTÁN LISTOS UWU.

LOS VUELVO A PUBLICAR, PORQUE HAY GENTE DESESPERADA QUE PARECE QUE LES ROBÉ LA VIDA AL MANDAR A BORRADORES EL RESTO DE LA HISTORIA KJASHDKJAHSDKJAHSDJKAHSDKJHASD, IGUAL, CREO QUE A PARTIR DEL CAPÍTULO 70, EL FANFIC YA TIENE MI MANERA ACTUAL DE ESCRIBIR/NARRAR, POR LO TANTO... NO SÉ, SÓLO LEANLO CON LO QUE LES DIJE EN MENTE, PUEDEN HABER ERRORES Y MUCHOOOO CRINGE JDKASJDHAKDJ.

ADIÓS.

***CUANDO UN CAPÍTULO YA ESTÉ EDITADO, ESTE AVISO PEDORRO NO APARECERÁ AL PRINCIPIO***

[...]

El departamento unifamiliar de la mayor del grupo fue el espacio determinado para armar una pequeña quedada entre los seis. Cada quien estaba repartido con otro de los integrante, estando la anfitriona, Kim Minju, con su mejor amiga, Lee Chaeyeon, hablando de algo en el teléfono de la pelinaranja. Por otro lado, la parejita compuesta por Lee Hoseok y Kim Chaewon se hallaba sentada en el sofá delante a Son Hyunwoo y Choi Yeonjun , instancia que le permitía al castaño ver fijamente al rubio, individuo que se había dado cuenta de aquello, pero simplemente lo ignoró.

—Es clandestino, ¿no? —preguntó al pelinegro, refiriéndose al "concierto" del próximo mes. 

—Sí —asintió con una sonrisa atrevida —. Es un galpón abandonado, pero sigue teniendo dueño y, si llega a enterarse, palo en la espalda por profanar propiedad privada —se encogió de hombros, asumiendo el riesgo —. Wang irá con su grupo, o sea, habrá de todo ahí —comentó, haciendo referencia a sustancias ilegales diferentes a simple marihuana.

—Vale... —dijo inseguro sobre lo último —¿Qué día será? —formuló a la vez que empezaba a incomodarse todavía más por los ojos del chico frente suyo.

—En Halloween —palmeó la pierna del de cabello decolorado —. Irá casi todo Itaewon, así que, no intentes ganar el concurso de mejor disfraz, es una causa perdida... —aconsejó inútilmente, pues al de segundo año no le importaba en absoluto ir disfrazado —Conseguiré las preventas mañana con una amiga, ¿cuántas querrás? —hizo un gesto, indicándole que lo escribiría en su teléfono.

—Mmh... —bajó la mirada, pensativo.

Le gustaría llevar a sus amigos a un tocada, independiente de que fuera clandestina, creía que sería divertido llevarlos antes de los exámenes finales del año y podría demostrarles que seguía limpio.

—Tres —enumeró con sus dedos —. Después te doy el dinero —avisó para luego ponerse de pie, correspondiendo el contacto visual del mayor de la habitación, y yéndose hacia la cocina —. Iré a por otra cerveza —le dijo a la castaña, quien asintió.

—Tráeme una, Yeonjun-ah~ —agitó su mano la menor de cabello tinturado de color naranja.

—A mí igual, hermano —se unió el novio de esta.

Con los pedidos en mente, desapareció por el estrecho pasillo y se adentró en el cuarto ajeno, abriendo el refrigerador y sacando el paquete sellado de su interior, colocándolo sobre uno de las mesoneras.

Con un cuchillo se dispuso a abrir la caja, pero se detuvo cuando escuchó los pasos pesados provocados por los botines de quien esperaba que apareciera detrás de sí.

—¿Qué quieres? —atacó sin reparos, reanudando su trabajo y cortando el contenedor de cartón.

—¿Yo? —fingió desconcierto —Nada, nada... Sólo hablar de hombre a hombre —apoyó su espalda en el marco de la puerta —. Digo, somos amigos, ¿no? —alzó las cejas.

Choi Yeonjun no pronunció palabra alguna, escuetamente se volteó y le lanzó una lata al contrario, quien la agarró con agilidad y una pequeña sonrisa socarrona se posó en su rostro.

—Hah... —suspiró tras dar un sorbo —. Cómo olvidar cuando te acogí en el grupo, ¿eh? —recordó con falsa nostalgia —Aún ibas en preparatoria, algo de esperarse de alguien como tú, Yeonjun-ah —se burló haciendo referencia a su edad y lo atrasado que iba en el ámbito estudiantil.

—¿Será una invitación para hablar de tu mierda? —su cuerpo carecía de tensión. Al contrario, estaba relajado y confiado de su posición, a pesar de estar cara a cara con el mayor.

El de fornido superior dejó escapar una risilla y se acomodó, ahora quedando apoyado de su brazo y con su cabeza ladeada, nunca quitando sus afilados ojos del de similar estatura.

—Sería interesante —asintió divertido, admitiéndolo —. Pero, claro, si quieres hablar de ella es porque te la sabes de memoria —las palabras se deslizaban de su venenosa boca con gracia, difuminando la toxicidad en estas —. Tan callado, pero aprendes de lo que ves, ¿a caso debería sentirme como un orgulloso hermano mayor? —consultó retórico.

—No veo porqué no —le siguió el juego, marcando el límite de su territorio y demostrando que podía ser tan diestro en su campo, manteniendo silencio, como en el contrario, respondiéndole grácilmente. 

—Y dime —arrugó el entrecejo, aparentando curiosidad —, ¿ya te lo tiraste? —el rubio se quedó callado, observando con indiferencia al opuesto —¿Eres tímido? —un aura de superioridad corrosiva se instaló en la anotomía musculosa —No deberías, porque no me importan los fetiches de los demás, incluso si uno de ellos es joderse a su hermanito —pronunció cada vocablo marcadamente, queriendo provocar al menor, pero seguía sin decir nada —. Robándole a los otros... —se quitó de su postura cómoda, dando un par de pasos en dirección a este —Tienes mi respeto, maldito descarrilado —una carcajada finalizó la especie de monólogo que expuso.

—Piérdete —fue lo único que dijo, ganándose una sonrisa de Lee.

—Umh, antes de perderme, quizás te convenga saber que... —apoyó una de sus manos en el hombro de Choi, actuando con confianza, pero buscando marcar su poder —Ese niño puede ser un insolente y te tocará ser "duro" —elevó su entrecejo, dándole a entender que leyera entre líneas —. Si vuelve a serlo, claro... —sonrió cínico y estiró su brazo por detrás suya, tomando una lata y finalmente dejándolo solo en la cocina.

Lee Hoseok solía hablar mierdas irrelevantes que a Choi Yeonjun nunca le importaban, sin embargo, tal vez debería empezar a interpretarlas en lugar de sólo escucharlas tal cual eran.