[ 𝟎𝟏 ; 𝟒𝟗 ; 𝟑/𝟑 ]

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HOLA, ESTOY ESCRIBIENDO EN MAYÚSCULAS PARA QUE NO DEJEN PASAR ESTE AVISO.

A PARTIR DE ESTE CAPÍTULO EN ADELANTE, EL FANFIC NO ESTÁ EDITADO, QÚE QUIERO DECIR CON ESTO, ME REFIERO A QUE LA NARRACIÓN, REDACCIÓN E HISTORIA ESTÁ COMO LA PRIMERA VEZ QUE LO ESCRIBÍ, POR LO QUE ES MUUUUUUUUY PROBABLE QUE SE ENCUENTREN CON ERRORES, ESCRITURA DE BAJO NIVEL Y PEORES HORRORES QUE LOS DEL MISMO INFIERNO, ASÍ QUE, SEAN PACIENTES, QUE POCO A POCO IRÉ EDITANDO LOS CAPÍTULOS Y ESTE AVISO SE IRÁ MOVIENDO A LA PAR DE LOS QUE YA ESTÁN LISTOS UWU.

LOS VUELVO A PUBLICAR, PORQUE HAY GENTE DESESPERADA QUE PARECE QUE LES ROBÉ LA VIDA AL MANDAR A BORRADORES EL RESTO DE LA HISTORIA KJASHDKJAHSDKJAHSDJKAHSDKJHASD, IGUAL, CREO QUE A PARTIR DEL CAPÍTULO 70, EL FANFIC YA TIENE MI MANERA ACTUAL DE ESCRIBIR/NARRAR, POR LO TANTO... NO SÉ, SÓLO LEANLO CON LO QUE LES DIJE EN MENTE, PUEDEN HABER ERRORES Y MUCHOOOO CRINGE JDKASJDHAKDJ.

ADIÓS.

***CUANDO UN CAPÍTULO YA ESTÉ EDITADO, ESTE AVISO PEDORRO NO APARECERÁ AL PRINCIPIO***

[...]


Se escuchaban gritos, risas nerviosas y un montón de insultos al aire. Había un maldito caos dentro del galpón y todo el mundo corría en distintas direcciones, buscando la manera de escapar sin ser atrapados por las patrullas que se estacionaban en el lugar, sin contar a los pobres incautos a los que fotografiaron sus patentes.

—¡Toma! —abruptamente apareció Son Hyunwoo, entregándole dos bolsas repletas de tabletas blancas a la mayor y a él —¡Llévenselo lejos! —dio la orden mientras se alejaba por donde había venido —¡Jackson los compensará después! —dijo como forma de incentivo.

Cuatro paquetes llenos de fármacos que se sólo podían ser consumidos por quienes tuvieran una receta médica, Kim Minju no sentía verdadero miedo, pues su padre era un importante oficial del principal departamento de policías en Seúl, sin embargo, Choi Yeonjun podría no tener tanta suerte, por lo que lo cogió de la mano, pero este estaba tan preocupado buscando la cabeza teñida de su mejor amigo, que cuando sintió que la chica lo llevaba a otra parte, se soltó audazmente, temeroso de que el pelimorado terminara en la cárcel por meterse en un lugar que él sugirió, sumándole que sería todo un escándalo si un vehículo policial dejaba en su casa al azabache, quien todavía era menor de edad.

—¡¡Qué haces?! —cuestionó la castaña, acercándose para agarrarlo de nuevo, mas el contrario se hizo a un lado.

—¡Tengo que encontrar a Soobin! —avisó, moviendo sus ojos por todas partes sin resultados favorables.

—¡Mierda, Yeonjun-ah, tenemos que irnos de aquí! —gritó por sobre todo el bullicio.

—¡Entonces, vete, noona! —espetó, alejándose de allí y dirigiéndose al sector donde los vio por última vez.

Con el corazón en un puño y jadeante, la de cuarto año vio a su dongsaeng empujar gente con tal de no parar de correr a donde fuera que se encaminara.

—No lo hago por mí, Choi Yeonjun... —murmuró con el entrecejo fruncido.

Dando manotazos y asegurándose de no estar perdiéndose una melena de color morado, giraba frenéticamente su cuello, mas no lograba dar con el paradero de esos dos menores, entonces, atinó a ocupar su teléfono y rezó a una energía superior para que el de hoyuelos le contestara la llamada.

—¡¿Dónde estás?! —preguntó enervado.

—¡¿Dónde estás tú?! —inútilmente respondió, haciendo que el rubio lo maldijera.

❝𝒅𝒓𝒐𝒑𝒐𝒖𝒕❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora