[ 𝟎𝟏 ; 𝟕𝟑 ]

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HOLA, ESTOY ESCRIBIENDO EN MAYÚSCULAS PARA QUE NO DEJEN PASAR ESTE AVISO.

SÉ QUE DIJE QUE A PARTIR DEL CAPÍTULO 70 YA ESTARÍAN BIEN LOS CAPÍTULOS, PERO NO ESTOY MUY SEGURA, ASÍ QUE TAMBIÉN LOS DEJARÉ CON ESTE AVISO DE QUE PUEDEN ENCONTRAR ERRORES Y MUCHO CRINGE, SEAN CAUTELOSOS AL LEER SJDAKJDLJAKSDHKJAHS.

ADIÓS.

***CUANDO UN CAPÍTULO YA ESTÉ EDITADO, ESTE AVISO PEDORRO NO APARECERÁ AL PRINCIPIO***

[...]

Las alarmas de Choi Hyoyeon se encendieron cuando al regresar a casa después de unos días en la de un amigo, su hijo había vuelto a adquirir ese comportamiento hostil, uno que Choi Donghae temió ser a causa de su hijo, sin embargo, estos no habían estado en contacto y, además, el rubio era ilocalizable, pues otra vez andaba desaparecido por quién sepa donde, mas el hombre no llamaba a la policía, ya que, lo hizo tres veces en su vida y, desde entonces, Choi Yeonjun le mandaba un mensaje a su padre para que los uniformados no dieran con su paradero, puesto que era casi seguro que terminaría en la cárcel junto a sus amigos si eran atrapados en medio de sus escapadas a lugares alejados para fumar hierba o drogarse con clonazepam en el departamento de su noona.

El universitario se había quedado por tres días en su casa, expectante de cuándo sería que Choi Beomgyu aparecería, dándole el paso a sus intentos de recuperarlo, porque le quemaba por dentro que Choi Soobin se haya ganado tan de repente al azabache. No obstante, al este último no responderle los mensajes, ni contestarle sus llamadas, el mayor decidió marcharse, pues la incomodidad —mejor conocida como dolor— era superior a su patética necesidad de ver a su novio, ya que, de alguna forma le recordaba a su madre, quien evidentemente jamás volvió.

Al decolorado no le gustaba sentir esa opresora incertidumbre, él quería olvidar todo y sólo habían pocas cosas que le calmaban, entre ellas el adolescente, mas no era como si lo tuviera a su alcance, por lo que le restaban las otras dos y esa las conseguía con su grupo de mentalidad desestructurada.

Depender emocionalmente del otro, Choi Beomgyu ya no era el único.

Una semana luego del regreso del estudiante a su hogar, se la pasaba encerrado en ese solitario cuarto, hasta que el miembro faltante reapareció, con la excepción de que en esta ocasión el pelinegro no le dirigió la palabra, sino que lo ignoró por completo, como si no le importara el hecho de que se estaban viendo después de que se la hayan pasado lejos del otro.

En el instante en el que Choi Yeonjun divisó a su dongsaeng sentado delante del televisor en esa casa vacía, su corazón se aceleró de forma repentina, sin embargo, poco a poco fue ralentizándose a medida pasaban los segundos y el menor sólo le había otorgado una mirada inerte, devolviéndose a la pantalla en la pared, manteniendo un semblante tan carente de emociones, como de vivacidad que lo dejó helado.

Pero a pesar de los cambios que iba sufriendo la corrupta psique del rubio, algo de su orgullo seguía ahí, por lo que no pronunció sonido alguno y se marchó a su cuarto, sintiendo como los vocablos que desearon salir e impactar contra los oídos ajenos, se iban enterrando en lo más profundo de sus cuerdas vocales.

Suponía que el enojo del contrario provenía de la absurda broma que le hizo el otro día, entonces, lo interpretó como algo de lo que no preocuparse del todo, pues no mencionó nada parecido a romper, ni que haya pasado algo entre Choi Soobin y él.

No obstante, las horas pasaron y tras la llegada de la pareja de adultos, Choi Beomgyu no habló con su madre, optando por esconderse en su habitación, dejando a un confuso Choi Yeonjun escuchando como los mayores hablaban, siendo la mujer la que murmuraba con cierta preocupación en su tono, revelando que desde que volvió a la morada, su retoño o peleaba con ella o la ignoraba, lo que le imposibilitaba saber qué le pasaba.

❝𝒅𝒓𝒐𝒑𝒐𝒖𝒕❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora