[ 𝟎𝟏 ; 𝟖𝟒 ]

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HOLA, ESTOY ESCRIBIENDO EN MAYÚSCULAS PARA QUE NO DEJEN PASAR ESTE AVISO.

SÉ QUE DIJE QUE A PARTIR DEL CAPÍTULO 70 YA ESTARÍAN BIEN LOS CAPÍTULOS, PERO NO ESTOY MUY SEGURA, ASÍ QUE TAMBIÉN LOS DEJARÉ CON ESTE AVISO DE QUE PUEDEN ENCONTRAR ERRORES Y MUCHO CRINGE, SEAN CAUTELOSOS AL LEER SJDAKJDLJAKSDHKJAHS.

ADIÓS.

***CUANDO UN CAPÍTULO YA ESTÉ EDITADO, ESTE AVISO PEDORRO NO APARECERÁ AL PRINCIPIO***

[...]


Efectivamente, tal como supuso Choi Beomgyu, los días pasaron con una lentitud enfermiza, lo que era cuestionable al estar viviendo con el chico que lo invitó a la cita en cuestión, sin embargo, se excusaba con la cotidianeidad de pasar la gran parte de sus vacaciones encerrados en las cuatro paredes de la casa, turnándose entre la sala, la cocina y su alcoba, repitiendo las mismas actividades, es decir, hablar, jugar y dormir.

En fin, una vez el inicio de la noche de ese jueves llegó, ambos jóvenes empezaron a alistarse para partir al centro comercial donde se encontraba el cine, y al más alto no se le dificultó encontrar la ropa que usaría en esa ocasión, mientras que el azabache se la pasó mostrándole diferentes prendas, tardando más de una hora en estar listo para marcharse.

—¿Por qué llevas una mascarilla? —cuestionó, colocándose a su par, viéndolos a los dos en el espejo.

—Por las cicatrices —las punteó con uno de sus dedos, dejando a la altura de su mentón el cubrebocas.

—Ni siquiera se notan tanto... —le miró directamente, entrecerrando sus ojos.

—Aún así, me siento raro con eso —se encogió de hombros —... —dio un leve respingo al sentir la mano del menor tomarle del mentón y darle un corto beso en los labios, yéndose por el pasillo como si nada.

Apretando sus dientes en un intento de suprimir esa absurda sonrisa, se subió la mascarillas de color negro, se acomodó el cabello —cuyo reflejo parecía pedirle que lo decolorara— y, asegurándose de llevar dinero en el bolsillo interno de su chaqueta, abandonó la habitación, apagando el interruptor de la luz y cerrando detrás suyo, para así divisar al pelinegro hablando con los adultos que cenaban en el comedor.

—Bueno, nos vamos —les avisó al ver al rubio aparecer. 

—Recuerda estar pendiente de tu teléfono, hijo —advirtió a su unigénito —. Vuelvan con cuidado —le habló a ambos.

—Adiós~ —agitó su mano tras asentir.

Los menores se fueron de la morada, dejando que el ruido de la televisión inundara los oídos del matrimonio, quienes tenían ideas completamente diferentes rondándoles en la cabeza. Porque mientras Choi Hyoyeon pensaba en lo divertido que debía ser para su retoño ir al cine con alguien diferente a Kai Huening, Choi Donghae se cuestionaba respecto a la connotación que ese par le estaba otorgando a esa salida nocturna.

La bufanda que había escogido para esa noche, le tapaba la mitad inferior del rostro convenientemente, ya que, al ser la primera vez que irían a ver una película juntos, la emoción que cargaba el interior de su anatomía era prominente, provocando que le lanzara miradas de soslayo al contrario, deseando que poder tomar su mano fuera tan fácil como las demás parejas lo hacían ver. 

En esa ocasión no asistirían al centro comercial habitual, por lo que se detuvieron en el paradero de buses, teniendo la suerte de que el primero que se detuviera fuera el que les servía, así subiendo en su interior, pagando el pasaje con su tarjeta y sentándose en los últimos puestos, alejados lo máximo posible de los demás pasajeros abordo.

❝𝒅𝒓𝒐𝒑𝒐𝒖𝒕❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora