[ 𝟎𝟏 ; 𝟖𝟖 ; 𝟐/𝟑 ]

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HOLA, ESTOY ESCRIBIENDO EN MAYÚSCULAS PARA QUE NO DEJEN PASAR ESTE AVISO.

SÉ QUE DIJE QUE A PARTIR DEL CAPÍTULO 70 YA ESTARÍAN BIEN LOS CAPÍTULOS, PERO NO ESTOY MUY SEGURA, ASÍ QUE TAMBIÉN LOS DEJARÉ CON ESTE AVISO DE QUE PUEDEN ENCONTRAR ERRORES Y MUCHO CRINGE, SEAN CAUTELOSOS AL LEER SJDAKJDLJAKSDHKJAHS.

ADIÓS.

***CUANDO UN CAPÍTULO YA ESTÉ EDITADO, ESTE AVISO PEDORRO NO APARECERÁ AL PRINCIPIO***

[...]


Con la luz proyectándose en su rostro, deslizó su vista hacia la esquina superior derecha y se percató de que la hora indicaba que su mejor amigo ya había salido del gimnasio. Entonces, dándole una mirada panorámica a su alrededor, se llevó la pajilla del americano a sus labios, succionando nada —pues el contenido se habría acabado desde hace un tiempo sin darse cuenta—, y negó con la cabeza, lamentándose porque el extranjero no lo viera tan despistado como lo estaba en ese momento, de lo contrario, le serviría como prueba fehaciente de que sí lo extrañaba y estaba pendiente de él.

Dejando de recargar su espalda sobre el poste del alumbrado público frente a la cafetería donde compró su café, le dio un último vistazo al chat del menor, avisándole que iría a por el castaño y que no se preocupara por no haber salido, ya que, él lo entendía. Por consiguiente, antes de guardar su teléfono, entró a la aplicación de música y buscó una canción que tuviera una melodía tranquila, debido a que no arruinaría más su desesperación con una tonada melancólica, eso lo haría cuando Kai Huening le terminara explícitamente.

Le dio inicio a su caminata en un estado casi que meditativo, dirigiéndose al centro deportivo al que el más bajo asistía durante las vacaciones. El volumen de sus audífonos era moderado, lo que le permitía escuchar las bocinas de los autos, mas no el ruido general, porque aquella balada ejercía de ruido blanco, donde su voz interna fungía un rol protagónico. No obstante, antes de que pudiera guardar su móvil en su bolsillo delantero, Choi Beomgyu respondió a su último mensaje con un sencillo "¿Lograste algo?", pero Choi Soobin no le contestó, pues tenía un par de cosas en las que pensar y que, irónicamente, se relacionaban con el azabache, ya que, si se lo cuestionaba un poco, era hasta gracioso como el estadounidense lo escogió, mientras que él prefirió al pelinegro y este eligió al rubio. 

Choi Yeonjun.

Los días no planeaban detener su rumbo, eso tornaba fácil que se sintiera cada vez más factible el no volver a recuperar la amistad del mayor, sumándole que el decolorado tampoco buscaba instancias en las que arreglar las cosas, quizás a raíz del excesivo tiempo que le dedicaba al adolescente, siendo que, cada vez que se comunicaba con este último, siempre se enteraba que estaba junto a su hermanastro.

Sin embargo, volviendo al tema principal, Choi Soobin no estaba del todo interesado en compartir sus ratos libres con Choi Beomgyu, sino que, por el contrario, estaba inclinado a proporcionárselos al extranjero, incluidos sus momentos atareados, porque, independiente de que pudiese admitir que era más compatible con el primero, Kai Huening era una mejor opción, esencialmente por la forma en la que se expresaba, en la que le ayudaba a ver desde un punto de vista distinto al suyo, donde su impulsividad era apaciguada por el razonamiento del castaño.

"—¿Puedes acostumbrarte a eso?"

Aquel día en el que el menor se fue de su casa, el pelimorado sabía que no sería correcto alterarlo con más preguntas, lo que lo llevó a llamar a Kang Taehyun, la única persona de la que era amigo y se asimilaba internamente al estudiante. No obstante, esa conversación tomó una profundidad que le caló por dentro, siendo atiborrado por las interrogantes del de ojos grandes, quien le recalcó la frecuente inseguridad del contrario, aquella que le exigía darle periodos a solas para pensar adecuadamente, y eso no debía ser un mayor problema, no hasta que te replanteabas la situación y entendías que, aunque el menor aceptó acoplarse al ritmo extrovertido y demostrativo del mayor, estaba ignorando que su personalidad introvertida era mucho más poderosa contra la impropia, pues los altercados no sucedían cuando se divertían y disfrutaban la compañía ajena, sino cuando la suya se sobreponía por encima de la del de hoyuelos, alejándose por el exceso de emociones que se entremezclaban con la incertidumbre y su baja autoestima, acabando por pedirle espacio a alguien cuyas relaciones interpersonales se basaban en un contacto estrecho constante.

❝𝒅𝒓𝒐𝒑𝒐𝒖𝒕❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora