[ 𝟎𝟏 ; 𝟕𝟕 ; 𝟑/𝟑 ]

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HOLA, ESTOY ESCRIBIENDO EN MAYÚSCULAS PARA QUE NO DEJEN PASAR ESTE AVISO.

SÉ QUE DIJE QUE A PARTIR DEL CAPÍTULO 70 YA ESTARÍAN BIEN LOS CAPÍTULOS, PERO NO ESTOY MUY SEGURA, ASÍ QUE TAMBIÉN LOS DEJARÉ CON ESTE AVISO DE QUE PUEDEN ENCONTRAR ERRORES Y MUCHO CRINGE, SEAN CAUTELOSOS AL LEER SJDAKJDLJAKSDHKJAHS.

ADIÓS.

***CUANDO UN CAPÍTULO YA ESTÉ EDITADO, ESTE AVISO PEDORRO NO APARECERÁ AL PRINCIPIO***

[...]


La cena familiar seguía un curso tranquilo, tanto que las única dos cosas que la diferenciaban de las otras que han tenido, era la cantidad de guarniciones y el orden en el que se sentaron, porque mientras en otras ocasiones la mujer se hallaba a un lado de su hijo, esta vez el azabache se sentó junto al rubio, ubicación que le permitía tener una de sus manos descasando sobre la pierna de este último, mas la connotación era de mera comodidad.

Un periodo de veinte minutos —o menos— los separaba de la llegada del nuevo año, por lo que estaban casi a punto de terminar de comer, pero tomándose el tiempo de conversar amenamente o, mejor dicho, dialogar escuetamente, ya que, los únicos que llegaban a soltar frases complejas, eran los adultos, pareja que hablaba de sus deseos de que las cosas fueran mejores en el hospital y no hubieran tantos casos trágicos como los que les toco rememorar en el recuento final para la base de datos que tuvo que enviar la pelinegra, directora principal del centro médico.

—Oh, casi lo olvido —se interrumpió a sí misma —. En la segunda semana de enero, los Huening vendrán a cenar aquí —dio pequeñas palmaditas en la mesa —. Pero puedes ir a pasar el rato en otra parte con Kai —se dirigió a su hijo —. Preferimos hacer una reunión de adultos, así ustedes no se aburrirán —sonrió, sintiéndose considerada.

—Vale~ —contestó asintiendo.

Choi Beomgyu esperaba poder arreglar las cosas con su mejor amigo y, debido a que se verían obligados a convivir, quizás, sería mucho más sencillo poder explicarle bien lo sucedido y regresar a su amistad de tantos años.

—Yeonjun-ah, si quieres quedarte en tu cuarto ese día, puedes hacerlo —le hizo saber —. Seremos silenciosos, así que, no deberías preocuparte de ruidos molestos.

Imitando al adolescente, el universitario también asintió, medio sonriendo para no verse demasiado seco, y continuó comiendo, lanzándole miradas de soslayo al menor, quien le veía de reojo por alguna razón.

Entonces, el ambiente se mantuvo como de costumbre, escuchando ambas voces de la pareja de esposos y, de vez en cuando, el azabache señalaba la televisión, haciendo que los demás vieran cómo fue el espectáculo de fuegos artificiales en otros países, para luego ver los rituales que hacían las personas para atraer riqueza, amor y salud a sus vidas en esa nueva etapa.

Los ojos del decolorado caían en la pantalla de su móvil, recibiendo mensajes de Son Hyunwoo sobre la fiesta que darían en un pub al que ya han ido repetidas veces con antelación. No obstante, las caricias que ejercía la mano sobre su pierna, llegaban a sentirse como un ancla que lo mantenía fijo en la idea de quedarse con el dueño de esta, y tampoco era como si le desagradara la idea, ya que, no era así. Para Choi Yeonjun estaba bien quedarse con Choi Beomgyu ese día.

—¡Ya empezó la cuenta regresiva! —exclamó el de tez pálida, parándose de la mesa y siendo seguido por su madre a las afueras de la casa, dejando la puerta abierta para escuchar la tele y dejar que los otros dos salieran también.

Cincuenta y cuatro, cincuenta y tres, cincuenta y dos.

—¿Vas a salir? —le preguntó su padre a mitad de camino.

❝𝒅𝒓𝒐𝒑𝒐𝒖𝒕❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora