[ 𝟎𝟏 ; 𝟏𝟏 ]

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La gran mesa estaba oculta bajo aquel enorme plano, el cual era trazado, borrado, insultado y observado por tres pares de ojos. El gran trozo de papel milimetrado era de los último proyectos del semestre, por lo que el anfitrión, es decir, Choi Yeonjun, se vio obligado por los otros dos individuos, Kang Taehyun y Choi Soobin, a empezarlo más temprano de lo que a él le hubiese gustado. Porque para los dos menores una mala calificación no era una opción, claramente no se podía decir lo mismo del mayor, personaje que le importaba poco retomar la asignatura, pero que, al ser parte del trío, sí o sí tenía que hacer su parte cuando estos le dijeran que debía hacerlo, y ese momento era ahora, la tarde de un viernes, una de la que no se libraría hasta dentro de cinco horas más, cuando fueran algo así de las nueve de la noche. Si tenía suerte, claro.

Siguiendo las órdenes del castaño, quien escasamente hablaba, sus lápices fueron impactando contra la semi-blancura del papel, dibujando trazos rectos junto a reglas metálicas, intentando plasmar el boceto que tenía el de ojos grandes en mente y el pelimorado veía clara la idea, el rubio simplemente veía escuetas líneas que formaban cuerpos geométricos. Y así se fueron dos horas, donde algunos minutos se trataron de corregir los absurdos errores del de veintiuno, individuo que no terminaba de comprender a qué venía la palabra "error", si él sentía haberlo hecho como se le pidió.

—Debieron haber elegido a Lea Huening, no a mí —comentó durante el descanso, teniendo su mirada perdida en el techo de la sala de estar.

—A ella no le gusta el estilo de Taehyun-ah —respondió Choi Soobin, ya que sabía que el de cabello natural no lo haría —. Además, no sería bueno que te quedes atrás con esta asignatura, hermano...

Quizás, el de clara cabellera podía ser un desastre a nivel académico, pero no como amigo y él siempre escuchaba lo que ese par hablaba. Choi Yeonjun era conocedor de que la chica ha alagado los proyectos del más bajo y que, más de una vez, le ha ofrecido trabajar juntos, pero este se negaba rotundamente. Porque Kang Taehyun podía ser tan silencio e inexpresivo como un témpano de hielo, sin embargo, él se preocupaba por los suyos y que el mayor repitiera no le dejaba tranquilo. Por eso estaban allí, otra vez haciendo equipo cuando se les permitía la libre elección. 

—Soy una carga —los menores rodaron los ojos y prefirieron no contestar —. Mejor les traigo algo de comer —corrió su silla hacia atrás, ruidosamente poniéndose de pie y caminando hacia la cocina.

El más alto se acercó hasta el castaño, mostrándole algo en su teléfono mientras esperaba que el dueño de casa volviera con lo que prometió. Una risa sonora salía de la boca del de hoyuelos, a la vez que una ligera escapaba del opuesto, pero estos se callaron y acabaron por girarse hacia la puerta principal cuando esta se abrió, dejándolos oír un par de voces, una más grave que la otra, siendo que los recién llegados se quedaron viendo algo confundidos a los contarios, hasta que algo hizo click en la cabeza del mayor en la habitación.

—¿Tú no eres el hermano de Lea Huening? —arrugó el rostro, forzando su vista. Su memoria era buena, sería ridículo que estuviese equivocado.

—U-uhm... Sí... —el labio del castaño más alto tembló, sus ojos estaban ligeramente más abiertos y podría jurar que su cara ardía, tanto que desearía poder volver el tiempo atrás y no entrar por primera vez en la nueva casa de su mejor amigo.

—Soy Choi Soobin —se presentó con una linda sonrisa ante el azabache, quien hizo una reverencia —. Y él es Kang Taehyun —apuntó al "enano", como él solía llamarlo —. Somos amigos de Yeonjun-ssi y tú deberías ser su nuevo hermano, ¿no? 

—Sí, hyung —se acercó hasta los cuerpos ajenos —. Choi Beomgyu, un placer conocerlo-

—¿Por qué hacen tanto ruido? —apareció un rubio con el entrecejo fruncido —Ah, llegaste —un contacto visual se formó entre los dos hermanastros. Había una notable tensión o, al menos, eso fue lo que el individuo de ojos grandes fue capaz de notar, observándolos con cierta atención o, más bien, analizándolos en conjunto a la situación desastrosa y bulliciosa que se había generado tan de repente —. Ellos se quedaran hasta la noche, estamos ocupando este lugar —avisó sin mayor interés.

—¿Por qué no mencionaste que tu hermano es así de lindo? —cuestionó el de cabello tinturado de color morado, apuntando al pelinegro.

—Hyung... —sonrió tímidamente, negando con sus manos. Solía volverse introvertido cuando mencionaban algo sobre su aspecto físico, sobre todo si era alguien al que no conocía tanto. 

Choi Yeonjun volvió blancos sus ojos, alejándose en dirección a la cocina nuevamente, puesto que Choi Soobin podía ser en demasía intrusivo sin darse cuenta, por lo que no sintió la necesidad de responderle y se marchó para buscar los bocadillos que estaba preparando para sus amigos.

Un gigante siendo más meloso de lo que normalmente era con desconocidos. Un chico de instituto —que a toda costa parecía buscar agradarle a sus mayores— respondiéndole con humilde gratitud a los cumplidos que el de hoyuelos le propinaba, y un adolescente extranjero que miraba la escena con una sonrisa lastimosa, tan falsa que no llegaba a ocultar la molestia o dolor que le producía no poder ser parte de esa conversación que su amigo y el joven —que aparentemente le gustaba— sostenían sin dificultad. 

A Kang Taehyun no le interesaba todo aquello que veía claro. Le era tan irrelevante como inútil, pero sí lo consideraba curioso y digno de mirar mientras esperaba por el rubio que seguía en la cocina e, igualmente, se preguntaba cuánto tiempo más les demoraría terminar la primera fase del proyecto, porque si ese par de niños se quedaba ahí, comenzaría a desear ser sordo. 












❝𝒅𝒓𝒐𝒑𝒐𝒖𝒕❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora