[ 𝟎𝟏 ; 𝟐𝟑 ] (otra vez editando capítulos antiguos jaja :c)

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Descansando en una pausa, tres universitarios se hallaban dispersos en la habitación del menor de ellos, lugar donde se llevaba a cabo la clase que los dos contemporáneos le estaban dando al mayor para que le fuera bien en el examen de la próxima semana; no obstante, tampoco se trataba de acreditar como imbécil a Choi Yeonjun en la parte teórica de la asignatura, ya que era capaz de memorizar algunas cosas, mas era cierto que su destreza en la práctica se podría considerar insuficiente, quizás a raíz de que esa carrera no era de su agrado y la eligió solamente para estar junto a sus mejores amigos.

Una vez el chico de hoyuelos terminó de revisar sus redes sociales —habiendo dado corazones a las publicaciones de las distintas personas que seguía—, sus ojos fueron desviándose a las diferentes secciones del dormitorio, frenándose en un punto particularmente curioso que provocó una mueca sugerente en su semblante.

—¿Y esa sonrisa? —su gruesa voz rompió el silencio en ese cuarto, capturando la atención del dueño de este y del principal objetivo, haciendo que el primero se girara en la dirección del de hebras decoloradas, notando como su expresión satisfecha se transformó en una desconcertada —¿Acaso tienes pareja y no nos has dicho, Yeonjun-ssi? —entrecerró sus ojos, moviéndose hacia el aludido.

—¿Qué? —negó escuetamente —. No. Sólo miraba unos posts que me dieron gracia —se encogió de hombros, restándole importancia al tema.

—¿Te atreves a mentirme? —posó una mano sobre su pecho, fingiendo indignación.

—No estoy mintiendo —arrugó el entrecejo, echándose hacia atrás sobre la cama cuando vio cómo el pelimorado se iba acercando cada vez más.

—Entonces, muéstranos qué veías —exigió medio riendo —¡Choi Yeonjun-ssi, déjame ver! —gritó para acabar tirándose encima del rubio, quien soltó un sonoro quejido y un par de improperios contra el menor —¡Vamos, no seas tímido! —pidió mientras forcejaba con el decolorado, tratando de quitarle el teléfono de las manos, pero este le ganaba en fuerza.

—¡Sal de encima, escoria! —empezó a patearlo, resultándole imposible librarse del teñido por ser tan pesado —¡Mierda, Choi Soobin, me estás asfixiando! —removiéndose en su lugar y reteniendo las manos del nombrado tanto como podía, su móvil acabó por caerse de la cama con la pantalla prendida, desencadenando mayor intensidad en el forcejeo de ambos universitarios —¡Voy a golpearte si hurgas en mis asuntos!

—¡Hazlo! —comenzó a reírse a la vez que trataba de sacarse las manos del más bajo, queriendo ir a por el aparato que yacía en el suelo.

Todo el ruido no permitía que el propietario de la habitación se concentrara en su libro, por lo que, tras el primer contacto que hubo entre ese par, se volteó a ver con seriedad como el dúo de jóvenes adultos luchaban ridículamente en su lecho —momento en el que agradeció mentalmente el haberse quedado en la cama de su compañero de cuarto, porque, de lo contrario, esos dos la pudieron haber roto con todo el peso que dejaba caer cuando se empujaban—, finiquitando la absurda violencia al levantarse y recoger el teléfono ajeno, aquel al que le dio un corto y disimulado vistazo antes de que Choi Soobin se quitara de encima del cuerpo de Choi Yeonjun y le mirara expectante.

—¡¿Viste qué decía?! —preguntó con los ojos bien abiertos, esperando una respuesta positiva; sin embargo, en cambio recibió una negación con la cabeza, lo que produjo que su semblante decayera —¿Por qué no lo viste? ¡Taehyun-ah, pudimos haberlo tenido todo! —sacudió la mediana contextura corporal de su amigo al pararse frente suyo, mas fue apartado por este.

—No nos incumbe —dio un par de pasos hacia el de veinte años, mirándolo seria y directamente hacia los ojos, acción que dejó caer una pequeña pesadez en la moral del rubio, individuo que aceptó su móvil con un asentimiento y apartando la vista del castaño —. Él sabrá lo que está haciendo.

La molestia del rostro del de labios acorazonados se disipó, liberando un rastro de decepción y desasosiego en el acallado ambiente. Habían bastado una mínimas palabras para que se entendiera por completo a lo que Kang Taehyun estaba haciendo referencia, evidenciando que sí logró leer lo que hizo sonreír al de cabello decolorado, pero que ahora lo hizo avergonzar y cohibir.

—Creo que es mejor que me vaya —murmuró luego de unos minutos de mutismo, llevándose las miradas de los otros dos participantes —. Adiós —no los vio a la cara, solamente se limitó a tomar su mochila y marcharse del cuarto.

Dos pares de orbes inquietos permanecieron fijos en la puerta que se cerró abruptamente, casi como si pudiesen ver el nuevo retraso al que sería sometido el proceso de mejoría que alguna vez Choi Yeonjun les prometió completar y reivindicarse con la vida.

—¿Realmente somos buenos amigos para él? —cuestionó repentinamente el de hoyuelos, percatándose de la falta de parpadeos por parte del de baja estatura —Nos miente, Taehyun-ah... —suspiró pesado —Tiene que haber algo que estamos haciendo mal como para que siga dentro de eso...

Pero tampoco había algo más que hacer.

❝𝒅𝒓𝒐𝒑𝒐𝒖𝒕❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora