❝𝒅𝒓𝒐𝒑𝒐𝒖𝒕❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾

[ 𝟎𝟏 ; 𝟖𝟖 ; 𝟑/𝟑 ]

HOLA, ESTOY ESCRIBIENDO EN MAYÚSCULAS PARA QUE NO DEJEN PASAR ESTE AVISO.

SÉ QUE DIJE QUE A PARTIR DEL CAPÍTULO 70 YA ESTARÍAN BIEN LOS CAPÍTULOS, PERO NO ESTOY MUY SEGURA, ASÍ QUE TAMBIÉN LOS DEJARÉ CON ESTE AVISO DE QUE PUEDEN ENCONTRAR ERRORES Y MUCHO CRINGE, SEAN CAUTELOSOS AL LEER SJDAKJDLJAKSDHKJAHS.

ADIÓS.

***CUANDO UN CAPÍTULO YA ESTÉ EDITADO, ESTE AVISO PEDORRO NO APARECERÁ AL PRINCIPIO***

[...]

La gran puerta de madera barnizada de cerró detrás de su estrecha espalda, desprendiéndose las llaves en la mesita de la entrada. Las luces estaban apagadas, lo que sumía el departamento en una oscuridad que nunca logró inquietarle —ni siquiera cuando era una niña—, pues tal instinto de supervivencia fue revocado de toda importancia, siendo sustituido por la sensación de soledad que la atrapaba y la envolvía junto a la extensa residencia, aquella en la que su madre no se hallaba presente, más que seguro a raíz de encontrarse aún en la mansión del hombre con el que estaba saliendo.

Arrastró los pies se dirigió al pasillo que guiaba a las habitaciones y encendiendo las luces que pillaba a su paso fue que se estancó frente a su cuarto, cuya puerta portaba una nota adherida a sí, detalle que la mujer le dejaba con la excusa de que era más bonito que un mensaje de texto simplón.

"Mañana te deposito tu mesada."

Entonces, eso significaba que el ex-marido de su progenitora le había pagado, ese irresponsable al que dejó de llamar padre cuando tuvo que denunciarlo por primera vez para que fuera prudente con la fecha de pago de la pensión, esa que estaba obligado por la ley a pagarle hasta que saliera de la carrera que estaba estudiando, eso mismo individuo que engañó a su mujer mil veces y luego las abandonó por alguien que era doce años más joven que él, detalle que Kim Chaewon trataba de evadir cuando recordaba que su madre también estaba con alguien al que le ganaba por una década exacta, quien partió siendo cliente de ella, pues la castaña es una dentista reconocida del distrito de Gangnam, una con una belleza que lograba sacarle dinero extra a los hombre millonarios de la ciudad, pero que, sin embargo, no logró ser suficiente para retener al padre de su hija.

"—Hay que mantener la apariencia, cariño. Ellos no pueden saber que él nos dejó, ellos deben saber que nosotras lo sacamos de nuestras vidas."

La fémina siempre le habló desde un nosotras, tanto que llegaba a ser irónica su ausencia.

Tras lavarse las manos, se encerró en su recamara, colgó su bolso Louis Vuitton en el perchero y se quitó los zapatos, deshaciéndose de cuatro centímetros de su altura, suspiró y se sentó al borde de su cama, mirándose en el espejo que había delante suyo y contemplando el cansancio en su rostro, reparando en sus facciones agotadas que le instaban a aceptar que ese día no se sentía tan bonita como en otras ocasiones.

Vivir en el vigésimo séptimo nivel de un edificio —el cual estaba construido con materiales que buscaban insonorizar las viviendas— no le daba la oportunidad de escuchar algún ruido más allá del hormigueo y pitido casual que el prolongado mutismo le proporcionaba a sus tímpanos. Enclaustrada en esas paredes, el tiempo a solas sobraba, mas no era como si le tomara el peso a su situación familiar, pues llevaba más de quince años sin una figura paterna, y diez desde que su progenitora se volvió inconstante. 

No obstante, aunque Kim Chaewon tuviera miles de amigos, ninguno era capaz de abolir el vacío en su pecho con el que se había acostumbrado a convivir, porque los vínculos fugaces eran divertidos, por eso las amistades serias le deprimían inconscientemente, ya que era un completo sacrilegio atreverse a escucharse hablar de lo mucho que le asustaba ser rechazada socialmente y, quizás, esa era la razón por la que prefería mantener a Kim Minju y Lee Chaeyeon como confidentes de sus secretos públicos, porque admitir cosas que ya eran de conocimiento general no era directamente admitir. Tal vez, de ahí nacía el remordimiento por haberles dicho lo que les dijo en casa de la mayor, debido a que descubrieron lo que sentía por decisión propia y no porque se le escapaba por los poros, tal como pasó con el amor que le tiene esta última a Choi Yeonjun, esa obsesión que detectó la castaña clara por sí misma.