[ 𝟎𝟏 ; 𝟕𝟓 ; 𝟐/𝟑 ]

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HOLA, ESTOY ESCRIBIENDO EN MAYÚSCULAS PARA QUE NO DEJEN PASAR ESTE AVISO.

SÉ QUE DIJE QUE A PARTIR DEL CAPÍTULO 70 YA ESTARÍAN BIEN LOS CAPÍTULOS, PERO NO ESTOY MUY SEGURA, ASÍ QUE TAMBIÉN LOS DEJARÉ CON ESTE AVISO DE QUE PUEDEN ENCONTRAR ERRORES Y MUCHO CRINGE, SEAN CAUTELOSOS AL LEER SJDAKJDLJAKSDHKJAHS.

ADIÓS.

***CUANDO UN CAPÍTULO YA ESTÉ EDITADO, ESTE AVISO PEDORRO NO APARECERÁ AL PRINCIPIO***

[...]


Le costó al principio, pero logró convencer a su madre de que ese día le permitiera pasarlo junto a su hermanastro, ya que, este estaba solo en la casa y era ciertamente deprimente pasar el veinticinco de diciembre sin ningún miembro de tu familia, al menos ante los cálidos ojos de la mujer.

Después de haber paseado por más de una hora dentro del mercado navideño, ambos se dirigieron al parque cercano, quedándose sentados en el borde de la prominente fuente en el centro de este, ya que, tomarían un pequeño descanso antes de seguir caminando por los alrededores del sector.

El cielo estaba ligeramente cubierto por una parcial nubosidad, la cual entorpecía la labor del sol, logrando que la luz de este se viera de una tonalidad blanquecina, al igual que el resto del firmamento diurno. Aquello acompañado de los árboles carentes de hojas y adornados por los nidos de los pájaros urbanos, reflejaba el gélido clima de esa estación del año.

Horas antes, Choi Yeonjun le había entregado su regalo al menor, siendo este una caja de chocolates, pues estaba seguro de que fuera lo que le entregara, le gustaría y qué mejor que algo delicioso como unos bombones rellenos de crema de avellanas y trozos de almendras confitadas.

—Toma, hyung... —le extendió su mano, sujetando un bombón de envoltorio rojo.

—¿Los trajiste? —observó a cajita en el regazo del azabache, quien asintió con una sonrisa. En definitiva le habían encantado —No, gracias, son tuyos... —negó con la cabeza.

—Pero, yo quiero darte uno —insistió.

—Bueno... 

Lo tomó, quitándole el bonito envoltorio de tonalidad rojiza metalizada, para descubrir que el chocolate estaba roto en el interior, resultando increíble que, a pesar de su intacto exterior, luciera desmoronado por dentro. Mas no tuvo tiempo de comérselo, ya que, una voz se robó su atención, al igual que la del adolescente.

—Choi Yeonjun —pronunció con ese tono de voz calmado que le caracterizaba.

—Oh, Minju noona —se sorprendió de verla ahí, aunque no fuera tan extraño, pues ese parque quedaba a un lado del mercado.

—¿Qué tal? —le dedicó una sonrisa entrañable —¿Viniste con tu hermanito? —miró al estudiante consiguiente, quien dejó de masticar.

—No soy su hermano —dijo abruptamente, lo que le hizo sentir un escalofrío al rubio.

—Sí, no le gusta que le llamen así... —medio rió, notoriamente nervioso.

Y Kim Minju no era tonta, la castaña sabía qué tipo de relación tenían esos dos y, en la soledad de su piso, se prometió dejar ir a Choi Yeonjun, porque le lastimaba el hecho de no ser correspondida de la forma en la que deseaba serlo, sin embargo, el aura tranquila que emanaba del adolescente cuando ella los vio desde lejos, cambió a una levemente corrosiva que le invadió apenas pronunció ese diminutivo, de tal manera en la que se sintió transgredida por la carencia de formalidades con la que se expresó ante ella.

❝𝒅𝒓𝒐𝒑𝒐𝒖𝒕❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora