[ 𝟎𝟏 ; 𝟕𝟓 ; 𝟏/𝟑 ]

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HOLA, ESTOY ESCRIBIENDO EN MAYÚSCULAS PARA QUE NO DEJEN PASAR ESTE AVISO.

SÉ QUE DIJE QUE A PARTIR DEL CAPÍTULO 70 YA ESTARÍAN BIEN LOS CAPÍTULOS, PERO NO ESTOY MUY SEGURA, ASÍ QUE TAMBIÉN LOS DEJARÉ CON ESTE AVISO DE QUE PUEDEN ENCONTRAR ERRORES Y MUCHO CRINGE, SEAN CAUTELOSOS AL LEER SJDAKJDLJAKSDHKJAHS.

ADIÓS.

***CUANDO UN CAPÍTULO YA ESTÉ EDITADO, ESTE AVISO PEDORRO NO APARECERÁ AL PRINCIPIO***

[...]


Demasiado joven para tomarle el peso a que su estado anímico dependiera de la gentileza con la que lo trataba su hermano, mas esa era la situación actual y aquello convertía la lejanía en una necesidad imperante de tenerlo a su lado.

Era el día previo a la gran noche del veinticinco, por lo que estaba junto a sus abuelos maternos pasando la festividad alegremente en casa de los ancianos, cosa que era un alivio para la pelinegra, mujer que notó una mejoría en su unigénito desde que su hijastro había regresado a la residencia que compartía con su esposo.

Choi Hyoyeon estaba tan agradecida de que su hijo tuviera un hermano tan bueno.

Sí.

La adulta se hallaba con sus padres en la espaciosa cocina, mientras que Choi Beomgyu estaba en la habitación que se le asignó para pasar unos días en esa morada, pues Choi Donghae se fue a la ciudad vecina a estar con sus padres y, por otra parte, Choi Yeonjun se quedó en la casa familiar, pues no quiso ir a ninguna de las dos familias, principalmente porque no conocía bien a la del azabache y con la suya no tenía una buena relación.

—Mamá saldrá a pasear con los abuelos por el mercado navideño... —comentó sobre el panorama del día siguiente —Hyung debería venir... —usó un tono de voz meloso, buscando una afirmativa por parte del mayor.

—No me gustan los mercados... —suspiró desde el otro lado de la línea.

—¿Te gusto yo? —y pese a que aquello encajara en la conversación, aquella pregunta tenía doble intención; convencerlo de asistir y asegurarse de que sus sentimientos aún eran correspondidos.

—Sí... —tardó un par de segundos en admitir.

—Entonces, ven. Yo estaré ahí —sonrió con ternura, como un niño al que le daban el juguete que estaba pidiendo en la juguetería.

—Huh, qué gran incentivo-

—¡Beomie, ya vamos a comer! —le llamó su progenitora desde el comedor.

—¡Ya voy! —le contestó devuelta —Me tengo que ir... —hizo un puchero que el contrario no pudo ver, pues no era una videollamada.

—Ve —le dijo para que no hiciera esperar a su madre.

—¿Con quién estarás? —de nuevo, la interrogante tenía doble intención; saber si tendría a alguien que le hiciera compañía ese día tan especial del año y saber si tenía que preocuparse de una persona que pudiera arrebatarle a su hyung.

Esa mentalidad era preocupante, pero lo era más su ignorancia al respecto.

—Con la televisión y una energética —agitó su lata desde el sofá.

—Uh... —inconscientemente aliviado de oír eso —¿Y si hablamos después de la media noche? Te tengo un regalo, Yeonjunnie hyung... —sonrió emocionado.

—Ojalá fuera tan bueno como el de mi cumpleaños... —soltó con objetivo de bromear, sin embargo, hubo silencio.

Su corazón palpitó como si estuviera hueco, repercutiendo en su pecho y dejándole una sensación desagradable en el cuerpo, pues la enervante imagen de lo sucedido en la fiesta del cumpleaños de Choi Soobin le asaltó, recordándole como el universitario de cuarto año le empujaba su cabeza de forma bruta e ignoraba su llanto, obligándole a hacerle una felación en ese cuarto oscuro perdido en el largo corredor de la casa ajena.

❝𝒅𝒓𝒐𝒑𝒐𝒖𝒕❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora