[ 𝟎𝟏 ; 𝟑𝟏 ]

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HOLA, ESTOY ESCRIBIENDO EN MAYÚSCULAS PARA QUE NO DEJEN PASAR ESTE AVISO.

A PARTIR DE ESTE CAPÍTULO EN ADELANTE, EL FANFIC NO ESTÁ EDITADO, QÚE QUIERO DECIR CON ESTO, ME REFIERO A QUE LA NARRACIÓN, REDACCIÓN E HISTORIA ESTÁ COMO LA PRIMERA VEZ QUE LO ESCRIBÍ, POR LO QUE ES MUUUUUUUUY PROBABLE QUE SE ENCUENTREN CON ERRORES, ESCRITURA DE BAJO NIVEL Y PEORES HORRORES QUE LOS DEL MISMO INFIERNO, ASÍ QUE, SEAN PACIENTES, QUE POCO A POCO IRÉ EDITANDO LOS CAPÍTULOS Y ESTE AVISO SE IRÁ MOVIENDO A LA PAR DE LOS QUE YA ESTÁN LISTOS UWU.

LOS VUELVO A PUBLICAR, PORQUE HAY GENTE DESESPERADA QUE PARECE QUE LES ROBÉ LA VIDA AL MANDAR A BORRADORES EL RESTO DE LA HISTORIA KJASHDKJAHSDKJAHSDJKAHSDKJHASD, IGUAL, CREO QUE A PARTIR DEL CAPÍTULO 70, EL FANFIC YA TIENE MI MANERA ACTUAL DE ESCRIBIR/NARRAR, POR LO TANTO... NO SÉ, SÓLO LEANLO CON LO QUE LES DIJE EN MENTE, PUEDEN HABER ERRORES Y MUCHOOOO CRINGE JDKASJDHAKDJ.

ADIÓS.

***CUANDO UN CAPÍTULO YA ESTÉ EDITADO, ESTE AVISO PEDORRO NO APARECERÁ AL PRINCIPIO***

[...]


La reunión programada para ese domingo se canceló y, tan pronto como terminó de desayunar junto a su madre y su esposo, Beomgyu, escondiendo su paupérrimo estado anímico, volvió a la habitación, introduciéndose en las mantas y dejándose caer en los brazos de Morfeo. Era una suerte que Choi Donghae se diera el tiempo de ese día para llevar a su mujer al pueblo donde esta vivió su infancia, de esa forma el azabache podría estar triste sin miedo de que ella le dijera de ir al psicólogo nuevamente.

Mientras tanto, Yeonjun veía televisión en la sala de estar. No tenía ni idea de cuántas horas pasó así, porque, de la nada vio como el menor emergía de la oscuridad del pasillo y la tensión e incomodidad del ambiente resurgía de las cenizas sintiéndose fuertemente, mas nadie dijo algo en absoluto, sólo se mantuvieron en lo que a cada uno le incumbía. Pero, cuando Beomgyu salió de la cocina, el rubio se fijó en que la vestimenta que traía no era para estar por la casa, además, usaba un gorro de pescador y tenía las llaves en la mano. Poco después se fue de allí, seguramente a comprar algo para alimentarse.

Tal vez él debería hacer lo mismo, sin embargo, estaba en demasía ocupado pensando en lo que ocurrió la noche anterior. Y no era como si se sintiera mal por haber sido tan duro, sino, más bien, se preguntaba si fue muy blando, es decir, temprano en la mañana, la conversación que el contrario mantuvo con su madre fue normal y eso no reflejaba, ni mínimamente, la actitud que este tomaba al sentirse herido por lo que él era capaz de decirle.

Mierda.

Si no lo pensaba por una cosa, lo pensaba por otra y se odiaba por eso. Choi Yeonjun odiaba que la gente ocupara su cabeza más de lo normalmente estipulado. Primero su madre, quien se marchó de este mundo hace seis años, pero no de su vida. Luego su padre, individuo que podía taladrarle la mente sin siquiera usar palabras. Le seguían sus amigos cuando le hacían actuar a escondidas y mentir, generándole un remordimiento de consciencia. Y ahora ese crío, produciéndole pensamientos que nunca tuvo con un chico —ni mucho menos con alguien menor—, profanándole su tranquilidad y refregándole en la cara que era todo lo que él nunca volvería, ni llegaría, a ser.

Porque cuando lo pensaba, a Yeonjun no le resultaba posible recordar en qué otra ocasión deseo lastimar tanto a otra persona, no obstante, quizás se debía a que él conocía perfectamente lo mucho que podía arruinarte ser herido, más aún si era por alguien en quien confiabas. Pero había algo en Choi Beomgyu que le impulsaba a sacar su lado más amargo, su rostro legítimamente perturbado y corrupto, aquel que le rogaba verlo triste, como si de un entretenido consuelo se tratase, mas el universitario no era consciente de eso, él sólo actuaba por imperceptibles impulsos auto-beneficiosos.

❝𝒅𝒓𝒐𝒑𝒐𝒖𝒕❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora