¡Romance a Escondidas!

~Capitulo 21~

Estaba guardando mis cosas, vi mi cuadro de la mejor ejecutiva del año. -¿De qué me sirvió?.- lo tire a la basura.

-¡Ericka! ¿podemos hablar?.

-¿Con que cara vienes a verme?.

-Te vengo a pedir una disculpa, por lo de esta mañana.

-Ahorrate tu cinismo. ¿Crees que no se que por tu culpa me hechan de la empresa.

Me hice la confundida. -No se de que me hablas.

-¡Ay! ¡Por favor!, ahora me vas a decir que no fuiste tu la que hablo con mi jefe, y le conto que salí con Tyler. ¡Niegalo cobarde!.

-¿Yo?. Para taparte la boca, llama al gerente, ¡anda llamalo!. Estoy corta de tiempo, solamente vine a ofrecerte una disculpa. ¡Pero llama al gerente!.

-¡Farsante!- colgué el telefono. -¿De que otra manera se abrá enterado?. Es obvio que tu hablaste con el.

-Reinita no te equivoques, en esta vida todo se sabe.

-No te creo nada, eres una mentirosa de lo peor.

-Yo no vengo a pelear de nuevo contigo, si no a disculparme por lo de esta mañana.

-¡No quiero tus disculpas!.

-Querida no seas orgullosa, con esa actitud no vas a llegar a ninguna parte.

-¿Quién eres tu para darme sermónes?. ¡Sinica! Nadie me quita de la cabeza que tu envenenaste a Tyler y a mi jefe.

-Ya te dije vamos a hablar con el. ¡Es más! Vamos personalmente a hablar con el.

-¡NO!, Yo tengo dignidad algo que tu no conoces.

Le pegue a la mesa. -Será mejor que no le busques si no quieres terminar como en la mañana.

-¡No te tengo miedo!.

-¡Ya me aburriste! Disfruta de tus vacaciones obligatorias, descansa ¡Perdedora!.

Ella se fue y yo solo lloraba del coraje.

.

.

.

.

Estaba en casa de mi tío Gonzalo, pensando en donde esconder el cristal. Hasta que alguien entró y yo lo escondi.

-¿Katia? ¿Qué haces aqui?.

-Nada tío, bueno buscaba a Viiyéri.

-¿Qué escondiste ahí?.

-¡NO!- el lo tomó, no alcancé a quitarselo.

-¿Tú porqué traes eso?.

-No es solo que, mmm que.

-Tu sabes que si le pasa algo tu mamá se enoja.

-Si lo se, solo lo estaba viendo.

-Y ¿por eso te lo trajiste a mi casa?.

-Tienes razón, ahorita mismo lo regresó. 

-No señorita, usted y yo vamos a hablar.

.

.

.

.

-¡Andrea! ¡Andrea!.

-¿Qué pasa Chabela?.

-Perdón pero no encuentro tu cristal.

-¿¡QUÉ!?.