17- El Boggart del Armario Ropero

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Draco no volvió a las aulas hasta última hora de la mañana del jueves, cuando los de Slytherin y los de Gryffindor estábamos en mitad de la clase de Pociones, que duraba dos horas.

Entró en la mazmorra, con el brazo derecho en cabestrillo y cubierto de vendajes, comportándose, según me había parecido como si fuera el heroico superviviente de una horrible batalla.

-¿Qué tal, Draco? -dijo Pansy sonriendo-. ¿Te duele mucho?

-Sí -dijo Malfoy con gesto de hombre valiente, guiñándole un ojo a Crabbe y Goyle cuando Pansy volteó.

-Siéntate -le dijo el profesor Snape amablemente.

Aquel día la clase elaboraría una nueva pócima, una solución para encoger. Para mi suerte extraña, la unica mesa que no estaba ocupada para poner el caldero era cerca de Weasley y Potter que cuando me les acerqué, se miraron entre sí.

No mas de un minuto, Draco colocó su caldero al lado de Weasley y Potter para preparar los ingredientes en la misma mesa.

-Profesor -dijo Draco-, necesitaré ayuda para cortar las raíces de margarita, porque con el brazo así no puedo.

-Weasley, córtaselas tú -ordenó Snape sin levantar la vista.

Weasley se puso rojo como un tomate.

-No le pasa nada a tu brazo -masculló Weasley.

Draco le dirigió una sonrisita desde el otro lado de la mesa.

-Ya has oído al profesor Snape, Weasley. Córtame las raíces.

Weasley tomo el cuchillo, acercó las raíces de Draco y empezó a cortarlas.

Fruncí el ceño mientras veia como Weasley cortaba de mala gana las raices de manera imperfecta.

-Profesor, Weasley está estropeando mis raíces, señor.

Snape fue hacia la mesa, aproximó la nariz ganchuda a las raíces y dirigió a Weasley una sonrisa desagradable, por debajo de su largo pelo.

-Dele a Malfoy sus raíces y quédese usted con las de él, Weasley.

-Pero señor...

-Ahora mismo -ordenó Snape, con su voz más peligrosa.

Weasley cedió a Draco sus propias raíces y volvió a empuñar el cuchillo.

-Profesor, necesitaré que me pelen este higo seco -dijo Draco, con voz impregnada de risa maliciosa.

-Potter, pela el higo seco de Malfoy -dijo Snape, echándole a Harry la mirada de odio que reservaba sólo para él.

Potter tomó el higo seco de Draco mientras Weasley trataba de arreglar las raíces que ahora tenía que utilizar él.

Tomé mis raíces y me puse de pie muy disgustada.

-¿Qué?

Le di mis raíces sin expresar nada y tome las suyas.

-Si vas hacer algo, hazlo bien, Weasley -dije regresando a mi lugar y pelaba las raices muy delicadamente dándoles la forma correcta.

Potter me miró de reojo y luego bajó la mieada rápidamente mientras pelaba el higo seco  a como podia, y luego, se lo lanzó a Draco.

La sonrisa de Draco era más amplia que nunca.

-¿Han visto últimamente a nuestro amigo Hagrid? -les preguntó Draco susurrando.

-A ti no te importa -dijo Weasley entrecortadamente.

-Me temo que no durará mucho como profesor -comentó Draco haciendo como que le daba pena-. A mi padre no le ha hecho mucha gracia mi herida.

Enamorada de Potter (Harry Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora