14- Cámara de los Secretos

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Parkinson carcajeó fuertemente después de encontrarme en la clase de Pociones y cada que podia me recordaba lo sucedido.

—"Nos conocimos en septiembre" ¡Es tan romántico! ja, ja, —carcajeaba Pansy riendo, sin separarse de mi— ¿dónde habías estado?...¿buscando a tu enamorado secreto?

Volvió a carcajear.

«Al menos a mí me envían cosas, no que a otras...»

—Hazme un favor y cierra la boca —dije con aire deplorable tratando de no enojarme y sonando lo mas paciente posible para no insultarla en veinte idiomas.

Hubo un murmullo.

Una vez pude librarme de Parkinson, me dirigí al baño para dejar de pensar un rato y asi fue, mi mente la podia dejar en blanco y no sabia como eso era posible.

—¿Que te ha pasado? oí que te enviaron una nota musical —preguntó Myrtle cuando llegue al baño y por fin comencé a pensar rápidamente.

—Me la enviaron y no tengo idea de quien fue, habia creido que Nott pero no ha sido él —dije sentándome en una esquina— A Potter también le enviaron una y... me pareció muy molesto.

—¿Por qué te resultó molesto? —preguntó Myrtle perspicaz acercándose casi a mi rostro con las manos juntas detras de la espalda.

Encogí los hombros.

—No me gusta enojarme tanto, ¿sabes? —revelé mirándola a los ojos detrás de sus lentes— Solamente sucedió asi, me molesté. Sospecho que fue porque a Potter también le enviaron una nota musical y no a mí nada más. Lo más molesto es que por eso mismo no puedo dejar de pensar en Potter.

Myrtle pareció pensar.

Pensé en cuestión de dos segundos como sacarle una conversación a Myrtle antes de que  el momento se volviera incomódo, pero sabia que lo que iba a preguntarle podia hacerla enojar.

—No quiero verme como fastidiosa, pero ¿cómo fue que moriste, Myrtle? —le pregunté quitándome la túnica— ¿eras hija de muggles?

—Sí, mis padres eran muggles... Y, pues, una vez hace cincuenta años, me encontraba llorando en ese retrete porque Olive Hornby se reía de mis lentes. Entonces alguien murmuro algo extraño... Creo que era un chico y bueno, la puerta estaba cerrada, la abrí cuando de repente vi unos ojos amarillos... y morí.

—¿Ojos amarillos? —Asintió— ¿Por qué no cerraron Hogwarts?

—No lo sé, deben haber creido que había un asesino, entonces lo agarraron... —Myrtle hizo una mueca— no podría decirte. Desde entonces he estado aquí soportando las burlas de los demás. La otra vez me aventaron un diario y, me... atravesó —Myrtle comenzó a sollozad— Creen que porque estoy muerta no puedo sentir.

—Pero, los muertos no pueden sentir, ¿o si?

Myrtle la llorona abrió la boca indignada.

Fruncí el ceño pensativa.

—Solo bromeaba, Myrtle... Me has dicho que viste unos ojos amarillos y escuchaste una voz extraña, ¿no? —asintió limpiándose las lagrimas— Creo haberlo leído una vez y sé que pudo haber sido, pero para eso tengo que ir a la biblioteca.

HARRY:

—Todos los estudiantes tienen que volver a sus respectivas salas comunes, donde les informarán los jefes de sus casas. ¡Vayan lo más deprisa que puedan, por favor!

La profesora McGonagall bajo el megáfono y me hizo una seña para que me acercará.

—Potter, creo que será mejor que vengas conmigo.

Enamorada de Potter (Harry Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora