28- Peter Pettigrew

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Me sobresalte y di un pequeño grito.

Mi corazón quería salirse de mi pecho.

-He encontrado esto al pie del sauce boxeador -dijo Snape, arrojando la capa a un lado y sin dejar de apuntar al pecho de Lupin con la varita-. Muchas gracias, Potter, me ha sido muy útil....

Snape estaba casi sin aliento, pero su cara rebosaba sensación de triunfo, el me miro pero su satisfacción era más grande.

-Tal vez se los pregunten cómo he sabido que estaban aquí -dijo con los ojos relampagueantes-. Acabo de ir a tu despacho, Lupin.

-Te olvidaste de tomar la poción esta noche, así que te llevé una copa llena.

-Fue una suerte.

- En tu mesa había cierto mapa.

-Me bastó un vistazo para saber todo lo que necesitaba.

- Te vi correr por el pasadizo.

-Severus... -comenzó Lupin, pero Snape no lo oyó.

-Le he dicho una y otra vez al director que ayudabas a tu viejo amigo Black a entrar en el castillo, Lupin.

-Y aquí está la prueba.

-Ni siquiera se me ocurrió que tuvieras el valor de utilizar este lugar como escondrijo.

-Te equivocas, Severus -dijo Lupin, hablando aprisa-. No lo has oído todo. Puedo explicarlo. Sirius no ha venido a matar a Harry.

-Dos más para Azkaban esta noche -dijo Snape, con los ojos llenos de odio-. Me encantará saber cómo se lo toma Dumbledore. Estaba convencido de que eras inofensivo, ¿sabes, Lupin? Un licántropo domesticado...

-Idiota -dijo Lupin en voz baja-. ¿Vale la pena volver a meter en Azkaban a un hombre inocente por una pelea de colegiales?

¡PUM!

Del final de la varita de Snape surgieron unas cuerdas delgadas, semejantes a serpientes, que se enroscaron alrededor de la boca, las muñecas y los tobillos de Lupin.

Este perdió el equilibrio y cayó al suelo, incapaz de moverse.

-¡Profesor Lupin!

Con un rugido de rabia, Black se abalanzó sobre Snape, pero Snape apuntó directamente a sus ojos con la varita.

-Dame un motivo -susurró-. Dame un motivo para hacerlo y te juro que lo haré.

Black se detuvo en seco.

Era imposible decir qué rostro irradiaba más odio.

Me había quedado paralizada, sin saber qué hacer ni a quién creer.

Potter nos dirigió una mirada a los tres, una mirada que parecía tan confundido como la mía,

Weasley intentaba todavía retener a Scabbers.

Granger sin embargo, dio hacia Snape un paso vacilante y dijo casi sin aliento:

-Profesor Snape, no... no perdería nada oyendo lo que tienen que decir, ¿no cree?

-Señorita Granger, me temo que vas a ser expulsada del colegio -dijo Snape-. Tú, Potter y Weasley se encuentran en un lugar prohibido, en compañía de un asesino escapado y de un licántropo, Tú, Black, me haz decepcionado, tal vez seas la segunda expulsada.

-Y ahora te ruego que, por una vez en tu vida, cierres la boca.

-Pero si... si fuera todo una confusión...

-¡CALLATE, IMBÉCIL! -gritó de repente Snape, descompuesto-. ¡NO HABLES DE LO QUE NO COMPRENDES! -Del final de su varita, que seguía apuntando a la cara de Black, salieron algunas chispas. Granger aguardo silencio mientras Snape proseguía.

Enamorada de Potter (Harry Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora