Enamorada de Potter (Harry Potter y tu)

56- El Castigo de Umbridge

La noticia de que Potter y yo nos enfrentamos a gritos con la profesora Umbridge se había extendido a una velocidad increíble, incluso para Hogwarts.

Murmuraban cosas con irritabilidad para hacerme enojar, algo que realmente me molestaban un tanto pero no les daría la satisfacción de decirles lo que verdaderamente sucedió.

-Ella dijo que sabía cómo murió Cedric Diggory.

-No podemos creerle. Nos toma el pelo, seguro solo quería llamar la atención -dijo un chico de pocos cabellos casi calvo.

-¿Para qué querría llamar la atención? ¿que no es inteligente y astuta? -decia otro.

No pasó mucho y dejé de darle importancia a sus murmullos, no me parecía sensato estar escuchando y quejarme de sus comentarios irracionales sobre lo que habia pasado.

Terminé de armar el rompecabezas que habia estado armando por los siguientes 10 minutos en la mesa. Era un rompecabezas de menos piezas que los anteriores que había tenido.

Unas manos empezaron a tocar mis cortos cabellos y con una risita, una de aquellas manos acarició mi mejilla. Me aparté rápidamente.

-¿Qué pasa, Claire? -cuestionó Nott poniendo sus libros en la mesa para supuestamente estudiar- ¿Por qué ese disgusto?

-No estaba tan disgustada hasta ahora -dije limpiando discretamente mi mejilla con mi túnica y luego empecé a guardar el rompecabezas con un movimiento de varita.

-Claire, Claire, Claire -dijo Theodore abriendo su ejemplar y posicionándose en la pagina 54 -¿Por qué le crees a Potter?... Te pusiste de acuerdo con él cuando armaste una escenita en la clase de defensa contra las artes oscuras. Para ser sincero, cuando vi que diste yu opinión me sorprendí bastante.

-Solo dije la verdad, no entiendo por que se dejan engañar todos aquí en Hogwarts.

-Bueno, yo solo decía. No quiero ponerme a pelear contigo -dijo en tono luctuoso fingido y luego me sonrió entre dientes.

Rodeé los ojos.

Me puse la túnica de Hogwarts junto con la bufanda de Slytherin ya que tenia demasiado frío, me congelaba de manos a pies. El tiempo estaba cambiando y por ende, se hacia mas notorio el sonido de la lluvia que caia en el lago negro. Del bolsillo de mi túnica saqué un par de pergaminos viejos no usados del ciclo pasado y comencé a escribir una de las tareas de Trelawney.

De tanto escribir no pude darme cuenta en que momento entraron un grupo de chicas menores que yo que empezaron a murmurar al verme.

Una de ellas hablaba en voz alta sobre lo "buena" que era Umbridge dando las clases mucho más que el profesor Lupin.

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El día siguiente amaneció tan plomizo y lluvioso como el anterior. En la hora de el desayuno, debido a la lluvia solo había comido un par de zanahorias y un vaso de café hirviendo. Había sentido la mañana demasiado buena ya que la bola de idiotas de compañeros que tenia no estaba en el Gran Comedor y no habia escuchado por ninguna parte.

Después de una clase doble de Encantamientos tuvimos también dos horas de Transformaciones. El profesor Flitwick y la profesora McGonagall dedicaron el primer cuarto de hora de sus clases a sermonearnos sobre la importancia de los TIMOS.

-Lo que deben recordar -dijo el profesor Flitwick, un mago bajito con voz aguda, encaramada.

Flitwick se paraba en un montón de libros para poder vernos por encima de la superficie de su mesa.

-Es que estos exámenes pueden influir en sus vidas en los años venideros. Si todavía no se han planteado seriamente qué carrera quieran hacer, éste es el momento. Mientras tanto, ¡me temo que tendremos que trabajar más que nunca para asegurarnos de que todos ustedes rindan a la altura de su capacidad en el examen!