44- Castigo

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El comienzo del mes de diciembre llevó a Hogwarts vientos y tormentas de aguanieve.

Por fin, me había llegado un correo de Sirius, solo que diferente al que usualmente enviaba cada dos semanas. En el correo decía que pensaba que alguien había escrito el nombre de Potter en el cáliz del fuego.

Y me había revelado que Karkarov era un mago oscuro sirviente de lord Voldemort que había sido encerrado por Moody en Azkaban, sin embargo, salió de Azkaban al hacer un trato con el Ministerio de Magia perjurando que estaba arrepentido.

Pero por alguna u otra razón, sabía que Karkarov no había escrito el nombre de Potter en el cáliz del fuego.

Aunque el castillo siempre resultaba frío en invierno por las abundantes corrientes de aire, donde el viento hacía cabecear el barco de Durmstrang e inflaba las velas negras contra la oscuridad del cielo.

Imaginaba que el carruaje de Beauxbatons también debía de resultar bastante frío.

Noté que Hagrid mantenía los caballos de Madame Maxime bien provistos de su bebida preferida: whisky de malta sin rebajar.

Los efluvios que emanaban del bebedero, situado en un rincón del potrero, bastaban para que la clase entera de Cuidado de Criaturas Mágicas se mareara.

Esto resultaba inconveniente, seguíamos cuidando de los horribles escregutos.

—No estoy seguro de si hibernan o no —Nos dijo Hagrid, que temblaban de frío, en la siguiente clase, en la huerta de las calabazas—. Lo que vamos a hacer es probar si les apetece echarse un sueñecito... Los pondremos en estas cajas.

Sólo quedaban diez escregutos.

Aparentemente, sus deseos de matarse se habían limitado a los de su especie.

Para entonces tenían casi dos metros de largo.

El grueso caparazón gris, las patas poderosas y rápidas, las colas explosivas, los aguijones y los aparatos succionadores se combinaban para hacer de los escregutos las criaturas más repulsivas que hubiera visto nunca.

Desalentada, la clase observó las enormes cajas que Potter acababa de llevar, todas provistas de almohadas y mantas mullidas.

—Los meteremos dentro —explicó Hagrid—, les pondremos las tapas, y a ver qué sucede.

Pero no tardamos en resultar evidente que los escregutos no hibernaban y que no se mostraban agradecidos de que los obligaramos a meterse en cajas con almohadas y mantas, y los dejáramos allí encerrados.

Hagrid enseguida empezó a gritar: "¡No se asusten, no se asusten!" mientras los escregutos se desmadraban por el huerto de las calabazas tras dejarlo sembrado de los restos de las cajas, que ardían sin llama.

La mayor parte de la clase con Draco, Crabbe y Goyle a la cabeza se había refugiado en la cabaña de Hagrid y se había atrincherado allí dentro.

Dejándome afuera, con Potter, Granger y Weasley.

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Querida Claire:

Se acerca el baile de Navidad, es una parte tradicional del Torneo de los tres magos y una buena oportunidad para relacionarse con los extranjeros. Al baile sólo irán los alumnos de cuarto en adelante.

Debes llevar túnica de gala, e ir con tu pareja. Puede ser cualquiera, puedes invitar a alguien menor si lo deseas pero no te lo recomiendo.

El baile tendrá lugar en el Gran Comedor, comenzará a las ocho en punto del día de Navidad y terminará a medianoche.

Enamorada de Potter (Harry Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora