85- El Fallo del Plan

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De nuevo estaba en el suelo, solo que en el bosque prohibido, con la mejilla llena de tierra, fría y dura.

Me dolía todo el cuerpo, y estaba en el sitio donde había recibido la maldición asesina percibía una contusión que parecía producida por un puño de hierro.

Tenía los ojos cerrados, y no pensaba abrirlos, al parecer nadie se había dado cuenta que había muerto.

Oía gritos de triunfo y júbilo pero también murmullos llenos de interés, y pasos.

—Mi señor... mi señor... —Decía Bellatrix.

Tenía la varita aún en mi túnica así que no había porque preocuparme.

—Mi señor...

—Ya basta —dijo Voldemort.

Más pasos; varias personas se retiraban del mismo lugar.

Abrí los párpados un poco.

Voldemort se estaba levantando, al mismo tiempo que varios mortífagos se alejaban en dirección a la multitud que bordeaba el claro.

Sólo Bellatrix se quedó atrás, arrodillada junto al Señor Tenebroso.

Voldemort al parecer había caído al suelo.

—Mi señor, permitame...

—No necesito ayuda —le espetó Voldemort con frialdad— El chico... ¿ha muerto?

Se hizo un silencio absoluto en el claro...

—Tú —indicó Voldemort, hubo un estallido y un ligero grito de dolor— examínalo y dime si está muerto.

Era Cissy.

Cerré los ojos.

Mi corazón palpitaba fuertemente con miedo.

La posición en la que estaba me incomodaba y si me movía sabrían que estaba viva.

Después de unos segundos, mi tía anuncio:

—¡Está muerto!

Todos soltaron gritos y exclamaciones de triunfo y dieron contundentes patadas en el suelo.

Sabía que a Cissy ya no le importaba que Voldemort ganara o no, quería buscar a su hijo, Draco.

—¡¿Lo ven?! —chilló Voldemort por encima del alboroto— ¡He matado a Harry Potter y ya no existe hombre vivo que pueda amenazarme! ¡Miren! ¡Crucio!

Se oyó un golpe.

—Y ahora —anunció Voldemort—, iremos al castillo y les mostraremos qué ha sido de su héroe. ¿Quién quiere arrastrar el cadáver? ¡No! ¡Esperen!

Hubo más carcajadas y, pasados unos instantes.

—Vas a llevarlo tú —ordenó Voldemort— En tus brazos se verá bien, ¿no crees? Recoge a tu amiguito, Hagrid. ¡Ah, y los lentes! Pónselos; quiero que lo reconozcan.

—¡Lo olvidaba! ¡Esta traidora! ¡Tú, de nuevo! ¡Ve si ella esta muerta!

Se oyeron pasos.

Alguien tomó mi muñeca y trató de buscar mi pulso pero aquellas manos temblaban demasiado.

—Claire, cariño... por favor, no puedo perderte, mi niña. —La voz de Cissy se quebraba en susurros.

Se produjo un silencio.

—¡Aléjese! —exclamó la voz Greyback.

El hombre lobo tomó mi mano derecha, y empezó a buscar mi pulso, no había nadie más idiota e imbécil que el.

Enamorada de Potter (Harry Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora