79- Horrocruxes

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—Lo lamento —susurró Voldemort con falsa lástima— Pero les dije claramente que no me llamarán hasta que tuvieran a Harry Potter.

—¡Crucio!

El hechizo pegó en mi cabeza al instante en que Voldemort lo lanzó y ahí comencé a sentír lo que una vez Longbottom y Hermione sintieron.

Eran como si cuchillos candentes entraran en cada centímetro de mi piel penetrando hasta mi cerebro.

Solté un gritó de dolor con los ojos llenos de lágrimas con la sensación de estarme muriendo en vida.

—¡Crucio!

Cerré los ojos.

Cada vez más, los cuchillos invisibles seguían entrando en la piel apuntando por todas partes.

—Por favor, no... —exclamé tirada en el piso cuando Voldemort volvió a levantar su varita para lanzar el hechizo de nuevo— ¡Por favor no!

—¡Crucio!

Gemí tanto de dolor que ya no diferenciaba que dolía más: si las heridas por los cristales o los cuchillos entrando en mi piel indirectamente.

La garganta me dolía de tanto gritar.

Mi padre me torturó por al menos dos veces más sin importarle que tanto doliera y sin compadecerse de mis gritos de súplica. Después de quien sabe cuanto tiempo, el dolor cesó pero no me podía mover puesto que sentía los brazos y pies temblorosos.

Supuse que por el dolor era normal tener ganas inclusive de vomitar y tener la sensación de estar girando junto con el piso aunque juraba que la sensación era real sólo que no podía comprobarlo porque mi vista estaba completamente borrosa por las lágrimas.

Se sintió tan estúpido estar en el suelo sin poder mover un dedo. Escuchaba a duras penas unas palabras que mi padre estaba recitando delante mío.

—En serio lo lamento, Lissy.  —Masculló Voldemort con su voz fría.

Moví la cabeza un poco para admirar a Lucius quien tenía un ojo morado ahora y también se arrodillaba en el suelo hablándole a Voldemort pero yo no podía oírlo. Me zumbaban los oídos.

De repente vi todo completamente negro y dejé de escuchar en todo mi exterior, aunque cuando abrí de nuevo los ojos estaba en una cama acostada sin ningún dolor ya más que el cansancio de los crucios que me habia lanzado mi padre.

No pude levantarme después de eso de la cama. No sentía la necesidad de hacerlo ya que no tenía mi varita y tampoco una fiable manera de defenderme ante mi padre o mi madre.

Bellatrix cuando tuvo la oportunidad me reclamó sobre ser la culpable en dejar que Harry escapara de la mansión y creí por un momento que iba a atacarme pero no fue así ya que tampoco tenía su varita.

No la comprendía en nada apesar de que era mi madre y de vez en cuando me preguntaba como era posible que lo fuera.

Draco intentaba subirme el ánimo contándome a cuántos niños empujaba.

Sin embargo, eso no subía mi humor debido a que cada que intentaba recordar algo bueno, mi mente al instante recordaba las palabras de Bellatrix diciendo que todo lo malo que había estado pasando en mi vida era mi culpa y me lo merecía.

No quería dejar que las palabras de una mujer que me abandonó por once años me afectaran pero por más inevitable que fuese, comencé a sentirme culpable de todas las muertes de las personas que aprecié en algún momento de mi vida. Me aturdía cada noche el sueño en donde me hallaba en el orfanato y sabía que había pasado algo malo pero no podía recordarlo y con tan solo acordarme el estómago se me revolvía.

Enamorada de Potter (Harry Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora