45- El Baile de Navidad (1)

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Apesar del sinfín de deberes que nos habían puesto a los de cuarto para Navidad, a mi no me apetecía ponerme a trabajar al final del trimestre.

En aquel momento nevaba copiosamente en el castillo y sus alrededores.

El carruaje de Beauxbatons, de color azul claro, parecía una calabaza enorme, helada y cubierta de escarcha, junto a la cabaña de Hagrid, que a su lado era como una casita de chocolate con azúcar glasé por encima, en tanto que el barco de Durmstrang tenía las portillas heladas y los mástiles cubiertos de escarcha.

Abajo, en las cocinas, los elfos domésticos se superaban a sí mismos con guisos calientes y sabrosos, y postres muy ricos.

La única que encontraba algo de lo cual quejarse era la hermosa francesa, Fleur Delacour.

—Toda esta comida de "Hogwag" es demasiado pesada —decía la muchacha saliendo de el Gran Comedor— ¡No voy a "podeg lusig" la túnica!

—¿Creen ustedes, chicas, que luzca bien la túnica? —preguntó Parkinson.

Las chicas asintieron.

Parkinson sonrió.

—Me gustaría saber como es que Draco reaccionará al verme... Es tan guapo e inteligente, ya sé que soy muy afortunada asistiendo al baile con él y es lamentable para ustedes, pobres—presumió— O, ¿acaso ustedes ya consiguieron pareja?

Las chicas, Crabbe y Goyle negaron.

—¿Y tú, Riddle? —preguntó.

—Ya. Pero... no puedo decirte quien es —dije jugando con la cuchara dentro del plato con gachas de avena.

—¿Por qué no? —cuestionó seriamente frunciendo el ceño.

Encogí los hombros.

—Apuesto a que Riddle no ha conseguido pareja —habló Goyle— Me ha dicho Zabini que Riddle no asistirá en en baile con él. Ahora irá con Greengrass.

—Apuesta lo que quieras, Goyle —le dije con frialdad.

—Vale. —Goyle sonrió.

Terminé de comer mis gachas de avena. Tenía nervios de asistir en el baile junto a Harry, pero los podía ocultar.

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A mis pies habían al menos tres o cuatro regalos de navidad, con diferentes papeles de decoración y moños de colores plateados.

Las tres muchachas abrían sus regalos de Navidad.

—Es hoy,  hoy es el baile de navidad —exclamó Parkinson con emoción dando un salto arriba de su cama y aún con la bata puesta.

—Es hoy —repetí sin observarlas.

—¿Estás feliz, Riddle? —preguntó Parkinson poniéndose de pie— ¿O por que esa cara?

—¿Ah? —estiré un brazo para alcanzar los regalos de Navidad— ¿Feliz?... para nada.

El primer regalo era un jersey color azul con la letra de mi nombre tejido por Esther en su descanso y unas medias de color blanco con encaje.  En el segundo regalo por parte de Sirius, estaba envuelto en un papel muy elegante y dentro tenía un ejemplar titulado “Magia Avanzada: Tipos de Defensas a las Artes Oscuras”  también ahí mismo había un reloj de bolsillo hecho de plata que seguro era muy viejo pero funcionaba, aunque de manera diferente a los relojes muggles.  El regalo de Philip era un cartel de póster de las brujas de Macbeth.

El último regalo eran dos ranas de chocolate y grageas de diferentes sabores de parte de Malfoy.

Bulstrode y Greengrass se encontraban contestas, sobre todo Parkinson que derrochaba entusiasmo y desesperación a cada instante.

Enamorada de Potter (Harry Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora