82- La Historia de Severus Snape

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Observé fijamente el cuerpo de Snape.

Mi corazón latió fuertemente sin parar y mi respiración se cortó por mucho tiempo, como si estuviera asfixiandome.

Una voz aguda y fría sonó...

La voz del Señor Tenebroso retumbaba en las paredes y el suelo, sonaba entre Hogwarts, Hogsmeade, y los vecinos cerca.

—Han luchado con valor —decía— Lord Voldemort sabe apreciar la valentía.

—Sin embargo, han sufrido numerosas bajas. Si siguen ofreciéndome resistencia, morirán todos, uno a uno. Pero yo no quiero que eso ocurra; cada gota de sangre mágica derramada es una pérdida y un derroche. Lord Voldemort es compasivo, y voy a ordenar a mis fuerzas que se retiren de inmediato.

—Les doy una hora. Entierren a sus muertos como merecen y atiendan a sus heridos.

—Y ahora me dirijo directamente a ti, Harry Potter: has permitido que tus amigos mueran en tu lugar en vez de enfrentarte personalmente conmigo; pues bien, esperaré una hora en el Bosque Prohibido, y si pasado ese plazo no has venido a buscarme, si no te has entregado, entonces se reanudará la batalla. Esta vez yo entraré en la refriega, Harry Potter, y te encontraré, Lissy y yo, castigaremos a cualquier hombre, mujer o niño que haya intentado ocultarte de mí. Tienes una hora.

Ron y Hermione me miraron, se volvieron a Harry, y negaron.

—No lo escuches.

—Todo saldrá bien. Vamos al castillo... Si Voldemort ha ido al Bosque Prohibido, tendremos que preparar otro plan...

Hermione volvió a meterse en el túnel.

Ron la siguió.

No podía mirar a Snape, y me metí en el túnel, detrás Harry, nadie hablo durante el camino.

"Has permitido que tus amigos mueran en tu lugar en vez de enfrentarte personalmente conmigo"

Las palabras de Voldemort resonaban en mi mente, el aire se me iba, y no faltaba mucho para que amaneciera.

Se veían los pequeños fardos esparcidos por el césped frente a la fachada principal del castillo.

En los escalones de piedra, ví zueco del tamaño de una barquita.

En el castillo reinaba un silencio nada natural y ya no había destellos de luz, ni estallidos, gritos o alaridosritos o alaridos.

Las losas del desierto vestíbulo estaban manchadas de sangre; todavía había esmeraldas diseminadas por el suelo, junto con trozos de mármol y maderas astilladas, y parte de la barandilla se había destrozado.

—¿Dónde están todos?

Ronald precedió hasta el Gran Comedor, Harry quién se hallaba a un metro de distancia, no entraba, y yo tampoco entré.

Las mesas de las casas habían desaparecido y la estancia se hallaba abarrotada de gente.

Los supervivientes formaban grupos, abrazados unos a otros por los hombros; la señora Pomfrey y algunos ayudantes atendían a los heridos en la tarima.

Firenze se contaba entre ellos: tenía temblores y sangraba por la ijada, y como no podía sostenerse en pie, se había visto obligado a tumbarse.

Habían puesto a los muertos formando una hilera en medio del comedor, el cuerpo de Fred Weasley no se veía.

George estaba arrodillado junto a la cabeza; la señora Weasley, tendida sobre el pecho de su hijo, sollozaba, y el señor Weasley le acariciaba el cabello mientras las lágrimas le resbalaban por las mejillas.

Enamorada de Potter (Harry Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora