Prológo

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Una que otra vez se cometen errores en la vida. Sea quien seas en algún momento te sucederá algo que provocará que no te sientas de una manera tan positiva.

Esto llamado error suele suceder por accidente, dependiendo cual sea la acción que hayas cometido y lo que lo haya causado. Nadie puede evitar que algo así ocurra por más magia que se use, aunque se puede prevenir tomando consciencia.

En el mundo mágico, un mundo lleno de maravillas, criaturas fantásticas, objetos encantados y lugares donde la magia es una parte integral de la vida cotidiana, se han cometido dos grandes errores con una extraña relación.

Uno sucedió cuando una joven enamorada le dió una poción de amor a su vecino con la intención de que este se enamorara de ella también. Esto fue un error ya que cuando dejó de darle la poción, la abandonó estando embarazada de un niño (un niño que más tarde se convertiría en un mago tenebroso).

El segundo sucedió en la casa de los Malfoy, una familia sangre pura y adinerada del mundo mágico. Este se desató por un deseo que a la mujer le urgía complacer.

Al hacerlo, tuvo una grata consecuencia.

Aquella noche Narcissa se había enterado de el secreto de Bellatrix.
Narcissa busco a Bellatrix para que le dijera toda la verdad.

—Bella ¿como pudiste quedar embarazada de él? —espetó Narcissa Malfoy— ¿Qué pasará cuando Rodolphus se entere?

—Me embaracé del hombre que amo, Cissy —respondió Bellatrix —. Lo menos que haría sería pensar en lo que dirá Rodolphus cuando se entere. No puede hacer ni decir nada.

—¿Por qué no...?

—Cierra la boca, Cissy —pidió irritada Bellatrix mirando con desagrado su barriga como si de una enfermedad asquerosa se tratara—. No voy a dejar de hacer mis deberes como mortífaga solo por cuidar a este bebé. Aborrezco tanto a los niños como para tener uno.

—¿Estás oyendo tus palabras? —cuestionó Narcissa frunciendo el ceño furiosa caminando hacia su hermana que empezaba a salir de la habitación— Solo piensas en ti, Bellatrix. Vas a traer a ese bebé al mundo solo por...

—Cuando nazca le dejaré en un orfanato y asunto arreglado, Cissy —avisó Bellatrix— Deja de pensar en esta cosa y preocúpate mejor por tu hijo.

—¡No! –exclamó Narcissa– Estará mezclada con todos esos sangres sucias o sangres mestizas en el orfanato. Mejor dámela a mí para que acompañe a mi hijo mientras crecen y...

—Eso es absurdo, Cissy. Parece que estoy hablando con un palo. Te estoy diciendo que no quiero ver a este engendro nunca y por eso una vez que nazca lo dejaré y nada me hará cambiar de opinión, ¿entiendes?

De la boca de Narcissa no salió una palabra más. Tenia la esperanza de que su hermana se retractara y cambiara de opinión respecto a dejar su bebé en el orfanato.

Aquella situación hacía sentir nervios a Bellatrix ya que no podía ocultar por mucho tiempo la prominente barriga que conforme el tiempo crecería más y más.

[CUATRO MESES DESPUÉS]

—Es una niña —informó la mujer cargando a la bebé mientras esperaba una respuesta con los brazos temblando pero agarrando fuertemente a la niña.

Era una bebé pesada que no mostraba ni una sola molestia al parecer porque no lloraba, sólo dormía tranquilamente en los brazos de la anciana señora de cabellos canosos y mediana estatura.

Enamorada de Potter (Harry Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora