47- Rita Skeeter

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Todos se levantaron tarde el 26 de diciembre. La mazmorra estaba más fría de lo normal.

Malfoy no me hablaba, seguía enojado. Zabini sin embargo pareció olvidarlo, y nunca quiso volver a hablar el tema, pero su forma de hablar era aún más fría.

Había llegado el momento de pensar en los deberes que no habíamos hecho durante la primera semana de vacaciones. Una vez pasado el día de Navidad, todo el mundo se sentía desinflado.

Una vez terminadas las fiestas, el 24 de febrero parecía mucho más cercano, y Potter se enfrentaría con la segunda prueba.

Así llegó el primer día del segundo trimestre, y me fuí a clase con el habitual peso de los libros, pergaminos y plumas.

Todavía había una gruesa capa de nieve alrededor del colegio, y las ventanas del invernadero estaban cubiertas de un vaho tan espeso que no se podía ver nada por ellas en la clase de Herbología.

Con aquel tiempo nadie tenía muchas ganas de que llegara la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas.

Malfoy reía, mientras caminábamos hacia la cabaña de Hagrid, pero en la puerta se encontraba una bruja anciana de pelo gris muy corto y barbilla prominente.

Todos estaban contentos.

—¿Quién es ella? —le pregunté a Daphne.

—Es la profesora Grubbly-Plank.

—Por aquí, por favor —nos dijo ésta, y se encaminó a grandes pasos hacia el potrero en que tiritaban los enormes caballos de Beauxbatons.

La seguí.

Nos condujo al otro lado del potrero, donde descansaban los caballos de Beauxbatons, amontonados para protegerse del frío, y luego hacia un árbol que se alzaba en el lindero del bosque.

Atado a él había un unicornio grande y muy bello.

Muchas de las chicas exclamaron "¡oooooooooooooh!" al ver al unicornio.

—¡Qué hermoso! —susurró Lavender Brown— ¿Cómo lo atraparía? ¡Dicen que son sumamente difíciles de tomar!

El unicornio era de un blanco tan brillante que a su lado la nieve parecía gris.

Piafaba nervioso con sus cascos dorados, alzando la cabeza rematada en un largo cuerno.

—¡Los chicos que se echen atrás! —exclamó con voz potente la profesora Grubbly-Plank, apartándolos con un brazo que le pegó a Potter en el pecho— Los unicornios prefieren el toque femenino. Que las chicas pasen delante y se acerquen con cuidado. Vamos, despacio...

Las chicas nos acercamos.

Me acerque en torno al unicornio, acariciándolo.

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Al terminar la clase, todos nos dirigíamos hacia el castillo para la comida.

—Esa profesora es estupenda. Esas hermosas criaturas, son increíbles los unicornios. No los monstruos como esos escregutos.

—¿Que paso con Hagrid? —Le pregunté a Parkinson.

—Ah, no sabías ¿cierto? —dijo Maldoy en tono frío pero alegre— Hagrid, ese grandulón... es un semigigante y un verdadero zoquete.

Me aventó un periódico.

EL GIGANTESCO ERROR DE DUMBLEDORE

Albus Dumbledore, el excéntrico director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, nunca ha tenido miedo de contratar a gente controvertida, nos cuenta Rita Skeeter, corresponsal especial. En septiembre de este año nombró profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras a Alastor Ojoloco Moody, el antiguo auror que, como todo el mundo sabe, es un cenizo y además se siente orgulloso de serlo; una decisión que causó gran sorpresa en el Ministerio de Magia, dado el bien conocido hábito que tiene Moody de atacar a cualquiera que haga un repentino movimiento en su presencia. Aun así, Ojoloco Moody parece un profesor bondadoso y responsable al lado del ser parcialmente humano que ha contratado Dumbledore para impartir la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas.

Enamorada de Potter (Harry Potter y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora