Capítulo LXXXII

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La comida de mi tía eran de las mejores del mundo, en especial cuando tenía visitas, fuesen quienes fueran, ella siempre se destacaba aún más de lo normal. Al principio había permanecido en silencio y devorando sus deliciosas comidas, hasta que acabe dando la razón de como había aprendido a cocinar tan bien. Claro que tocar ese tema, terminó en que mi tía llorase un largo rato, puesto que su pareja había sido una excelente cocinera en el pasado y de ella, mi tía aprendió todo lo que sabía sobre cocinar. Desde que vi sus lágrimas decidí no tocar más ese tema con ella, y, tanto mi padre como mi madre también guardaban silencio acerca de esa persona.

Después de perderme entre mis recuerdos al ver a la hermana de mi papá llorar, volví al presente, donde el invitado, Acromo, no perdía su mirada de mí. Sentía que analizaba absolutamente todo lo que hacía, lo cual no era agradable, al igual que lo era sentir varías miradas desde la oscuridad de la sala. Era como estar siendo visto desde todas partes.

─¡Ya traeré el postre! ─exclamó mi tía levantándose de golpe─ Gengar trae todos los platos y cubiertos, por favor.

El pokémon diligentemente, realizó la orden de su entrenadora. Uso sus poderes para tomar todo lo que ya no iba usarse y, se retiró tras mi tía.

─¿Quieren algo? ─preguntó mi tía, desde la entrada de la cocina.

─No, gracias. ─respondimos a lo unísono Acromo y yo.

Fue incómodo que eso pasará, en especial tras ver que Acromo ya no sonreía y ahora tenía un rostro serio y analítico.

El silencio entre nosotros solo era interrumpido por los ruidos que venían de la cocina.

─Gengar, limpia todo ─ordenó mi tía en la cocina─. Por favor, que todo quede limpio y arreglado.

─Tu tía es una excelente anfitriona ─comentó Acromo, llevándose una copa con vino─. La comida estaba excelente. Jamás había probado algo como esto, y dejame decirte que he estado en restaurantes de cinco estrellas.

─A ella le encanta la cocina ─dije llevándome el vaso de jugo a la boca─. Y se destaca cuando hay visitantes.

─He de imaginar que Luisa le dió varios consejos después de todo ─el invitado dejó la copa sobre la mesa─, ella era una excelente chef.

─¿Luisa? ─pregunté al oír ese nombre.

─¿No sabes quien es Luisa? ─la mirada de Acromo mantenía un ceño de seriedad y calma─ Bueno... imaginó que es un tema sensible, dentro de tu familia hablar de Lui...

─¡Aquí está el postre! ─expresó mi tía saliendo de la cocina con mucho ánimo, y trayendo un plato blanco con varios ponquesitos─ ¡Espero les encante está receta de vainilla, chocolate, nueces y fresas!

Mis ojos quedaron maravillados al ver el postre. Una fresa se encontraba sobre las nueces y la masa de los ponquesitos era marmoleada, se veían deliciosos.

─¿Cómo sabia que me encantan las nueces? ─cuestionó Acromo, viendo a mi tía mientras se sentaba.

─Yo también investigó a mis colegas ─respondió mi tía volviendo a tomar vino de la copa─. En especial a los más cercanos y con los que trabajo a diario.

Ambos se vieron y un silencio incómodo, nos arropó a todos. Claramente mi tía había dejado caer un balde de agua fría sobre Acromo, quien no le había gustado el comentario de mi tía. Algo había pasado entre ambos y era evidente.

─Una mala costumbre que me enseñaron mis padres ─afirmó Acromo, tomando más vino─. Ellos decían: conoce a tus aliados y enemigos, ya que, en algún momento pueden tus aliados volverse enemigos y tus enemigos convertiste en tus aliadoshizo un raro cambio en su voz, algo cómico─. Por eso tiendo a investigar a mis allegados. Además ambos trabajamos en una organización donde es bueno, saber quienes te rodean para no cometer errores.

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2021 ⏰

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