Capítulo XXXIX

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La luna se veía espléndida reflejada el agua, donde a pocos metros jugaba con la tierra y la pequeñas rocas. Ya había hecho tres caras sonrientes mientras esperaba que el líder de gimnasio del pueblo Filo llegará. Estaba molesta pero hacer las caras sonrientes y ver la luna me relaja bastante; no quería luchar contra ese tipo, y, Ronal lo sabia, él entendía que yo quería luchar contra Koy, hermano del antiguo líder del Alto Mando, Lucas, quien ahora era organizador dentro del alto mando.

Conocía que Koy fue entrenador de Ronal hace años, y, que probablemente quería mostrarle lo fuerte que se había hecho, pero, caí en su juego y tome el helicóptero que no era. Ahora estoy esperando a Roberto, un entrenador del tipo siniestro, mis pokemons tienen una gran ventaja sobre él, la cuestión es que no hice una táctica para pelear contra sus pokemons, tengo conocimientos de cuales son, pero, yo ya tenía mi estrategia preparada contra los pokemons tipo lucha de Koy hasta había obtenido datos que poseía un nuevo pokemon y que no lo había usado en público antes, y, del cual se dice es muy fuerte.

Comencé a patear las caras que había hecho, para que las rocas se fuesen al río, después de ver como chapoteaban y espantaban a varios Magikarp y Basculin, que merodeaban la zona. Luego saque una chupeta que había comprado antes de venir a la misión, su sabor de fresa y mandarina impacto armoniosamente mis papilas gustativas, y, me sentí en el paraíso hasta que oí una pisadas acercándose. Al girar lo primero que vi fueron los fulminantes ojos rojos del pokemon conocido por traer las catástrofes, Absol, su pelaje blanco, su cara negra al igual que las demás partes de sus cuerpo que su pelaje no cubría, se veían opacadas por el cuerno que sale del lado derecho de su cabeza. Al lado de ese hermoso y raro pokemon, vi a el objetivo de mi misión, Roberto, vestía una camisa negra, un short gris y zapatos marrón, un estilo muy raro para mi gusto.

Me costó ver la sonrisa en la cara del líder, ya que, su piel morena junto a la noche no iban muy de la mano; lo que si note rápidamente fueron sus ojos verdes, los ojos de lo que uno llamaría un cazador. Su mirada ─que me costó identificarla─ era de ira y molestia. De pronto se detuvo cuando vio que tome una de las pokeballs que cargo en mi cintura.

"Está prevenido y listo para el combate. Si va a luchar con Absol de primero, es más conveniente que la use a ella de primero, antes que a él.", deje de tocar la pokeball y tome otra.

─Te asusta mi Absol ─hablo de primero─. Si no me equivoco... eres... Hil, la miembro número cuatro de la élite de Novaca, ¿cierto?

─Sip, tienes razón. Esa misma soy yo. La única y exclusiva Hil.

Le respondí mientras comenzaba hacerme una cola, mi cabello me molestaría cuando empezará el combate.

─Entonces eres... la infantil del N1 ─dijo en un tono burlón, que me hizo molestar y morder la chupeta─. Tu cabello rosa y tu aspecto de niña, incluso  tu tamaño te hacen parecen una niña.

─¿Eso te causa algún problema? Mira que no estoy muy contenta por tener que luchar contra ti ─entre cerré los ojos mientras ponía una cara de felicidad.

─No es ningún problema. La cuestión es que no sabia que ese aspecto de niña que tienes, fuese todo lo contrario a tu modo de actuar ante otras personas. Dejar a ese soldado tan mal herido, fue muy despiadado de tu parte.

─El soldado me interrumpió cuando estaba orinando. Eso era justo lo que se merecía. Agradece que mi pokemon no lo asesino.

En ese instante Absol, quien no había hecho movimiento alguno desde que se detuvo, se colocó en guardia, dejando a su entrenador a un lado.

─Tranquilo Absol. Esta niña no me hará nada ─otra vez dijo niña en forma de burla, por lo que termine rompiendo la chupeta en mi boca─. Bueno me disculpo por su parte, al verte orinar, aunque... no hay mucho que ver en ti.

Pokemon: Lejos de CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora