Capítulo XXI

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El jefe me había apartado de los demás guardabosques y ordenó a sus subordinados que nos dieran espacio, al igual que dió la orden para que se comunicaran con la familia de Trexo, por lo tanto, mi tiempo en aquel lugar sería mínimo.

Como era de esperar de los guardabosques ─quienes son amantes de los pokémon─, comenzaron una sesión de fotos y anotaciones de todo lo que mis pokémon hacían. Si bien el jefe ordenó espacio a sus subalternos, no podía hacer lo mismo con los pokémon, los cuales no tardaron en acercarse y jugar con sus similares. Los guardias admiraban cada movimiento de Fire y Gelatino, pues eran su foco de atención pero hubo algunos que se concentraron específicamente en Baty, quien estaba sobre una rama de un árbol cercano comiendo unas bayas azuladas.

─Nuestra misión es registrar las conductas de los pokémon y también proteger a las especies en peligro ─dijo el jefe mientras me señalaba un tronco caído─. Te puedo asegurar, que ninguno de los presentes buscará hacerle daño a tus compañeros.

─Eso es lo que menos me preocupa ─expresé mientras me sentaba sobre el tronco─. En mi...

Un chispazo recorrió mi espalda y luego como si estuviese dentro de mi cabeza, oí la voz de Marshadow, diciendo:

─No hables que vienes de otro mundo ni tampoco nada del Reino Joya, pues podrían aprovecharse de la gentileza de la reina. ¿Entendido?

─¿Todo bien muchacho? ─preguntó el jefe.

─Sí ─dije en respuesta a las dos preguntas─. Solo que mi espalda me dolió ─comenté al guarda mientras se sentaba a un lado─. Como le decía, en mi memoria los guardabosques siempre han sido personas gentiles con los pokémon.

─Pues sí muchacho, tienes toda la razón, un guardabosques siempre debe ser gentil con los pokémon ─expresó mientras se levantaba las mangas de su chaqueta verde, dejando ver unos fornidos brazos─. Aún no nos hemos presentado ─me extendió su mano derecha─. Mi nombre es Tim, jefe de la guardia forestal del norte del continente Doss.

Estreche su mano pero cuando estaba por decir algo, Tim me miró fijamente con sus castaños ojos y dijo:

─Yo una vez conocí a alguien de apellido Franco.

─Bueno, le aseguro que no tiene relación conmigo ─contesté mientras acababa con el apretón de manos─. Me llamo Matt, como bien ya sabe.

Luego de aquello, hubo un silencio muy incómodo.

Mis pokémon quienes estaban relajados y muy felices, jugaban con varios Cinccinos, Sentrets y Bidoof. Saltaban y correteaban de un lado al otro. Todo eso estaba siendo grabado y anotado por los guardabosques.

Cuando había pasado un buen rato, Baty voló hasta mi regazo y se recostó para que la acariciara.

─Ella te tiene mucho cariño ─dijo Tim─. Sabes que estás ante un buen entrenador, cuando un pokémon del tipo dragón quiere que su entrenador le de caricias.

Solo le sonreí mientras continuaba acariciando a Baty.

Tim volvió a hablar pero referente a mis otros dos pokémon, debido a que estos se acercaron un momento para incitar a Baty a jugar, pero ella se negó. La conversación me dejó asombrado y también aclaro mi duda respecto al gran interés del sr. Trexo en mis pokémon.

Resulta que hacía siglos, la línea evolutiva de Fire, era el símbolo del antiguo reino que había gobernado la región de Sier, pues la familia real poseía única y exclusivamente a ésta especie. No habló mucho de historia pero dejó en claro que en un punto los monarcas se volvieron gobernantes tiranos y totalitarios, lo cual llevó a que entre todo el caos que se ocasionó durante la Gran Guerra hace tres siglos, se formará una rebelión que terminó con la ejecución de toda la familia real y por ende esto llevó al exterminio a toda la especie de Fire. En cuanto a Ditto, se limitó a decir que gracias a su especie, fue que empezó la Gran Guerra y durante esos acontecimientos bélicos fueron exterminados.

Pokemon: Lejos de CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora