Nuestro ascenso por la cueva se había dado sin inconvenientes ni problemas, lo cual era agradable pero aun así todos esperábamos encontrarnos con otros pokémon con los cuales poder luchar y entrenar, ya que esa era una de las razones por la que Marshadow nos estaba guiando por los caminos principales de la cueva y sus distintas salas.
─¿Qué estará sucediendo? ─pregunté cuando habías terminado de ascender por la rampa que separaba el nivel nueve del ocho─ ¿Todo bien, Marshadow?
─No siento ningún peligro. ─respondió ella con suma seriedad.
Seguimos caminando por los túneles de la cueva, muy atentos de encontrarnos con otros pokémon.
De vez en cuando nos detuvimos para beber agua y durante esos instantes sentía un gran alivio en la espalda, al quitarme la mochila, ya que, desde la salida del reino de Diancie, el bolso estaba más pesado.
En el nivel ocho de la cueva no dimos con ningún pokémon, por ello, cuando arribamos al séptimo nivel, todos nos sentamos cerca de la cuesta, para poder descansar y hacer planificaciones.
─Diancie nos dijo que desde el sexto al décimo nivel ─dije al sentarnos─, habrían muchos pokémon con los cuales poder entrenar, y no hemos dado con ninguno. Definitivamente algo está pasando.
─Veré que está sucediendo en la cueva y los demás niveles ─expreso Marshadow con una voz seria─. Tardaré un poco, así que si avanzas hazlo con cautela o si esperas mi regreso, también ten cautela.
─Tendremos cuidado. ─contesté a Marshadow antes que desapareciera en las sombras.
Gelatino, decidió juguetear con Baty luego de comer unas golosinas y Fire se sentó a mi lado a reposar la comida. Tanto Baty como Gelatino ─transformado en Noibat─ volaban de un lado al otro, dando volteretas en el aire y comprobando quién era más rápido.
─Bueno Fire ─dije mientras acariciaba las plumas en la cabeza de mi pokémon de fuego─, puedes jugar también. No te preocupes. Descansaremos unos quince minutos y continuaremos el trayecto.
Combusken asintió pero aun así se quedó sentado.
Luego de que Baty y Gelatino dejaran de jugar, se quedaron cerca de Fire mientras esperaban retomar la caminata. Decidí esperar unos diez minutos más al cumplirse los quince, no porque tuviese miedo, sino porque la espalda aún me dolía.
Mientras los minutos pasaban, nada sucedía cerca de nosotros, así que abrí la mochila para verificar su contenido y comprobar que todo estuviera en orden.
─¡¿Qué es esto?! ─exclamé.
Una extraña forma verde no más larga que mi antebrazo estaba dentro de la mochila.
─¿Este es un regalo de Diancie y los Carbinks? ─me pregunté─ No parece una joya o algo por el estilo.
Toqué varias veces el objeto, llevándome una sorpresa al tener una textura similar a la de Ditto pero algo más rígida a la de mi pokémon. Me mantuve picando con el dedo el objeto, hasta que me sobresalte, debido a que aquella cosa se agitó. Arroje la mochila y me coloque rápidamente de pie y de inmediato mis pokémon se alertaron, mientras varias de mis cosas junto al objeto verde salían de la mochila.
─¿Qué es eso? ─dije en voz baja.
La masa verde se estaba moviendo por sí sola hasta que se irguió, dejando ver que era una especie de pokémon. La criatura tenía un solo ojo y una joya azul de en forma de diamante en su pecho, además su tamaño seguía siendo menor a mi antebrazo.
Fire se acercó lentamente a la extraña criatura y la tocó con una de sus garras.
─¡Acaso no te fijas en donde tocas! ─ gritó la criatura con una voz aguda a Combusken─ ¡Estaba durmiendo y vienes tú a despertarme! ─exclamó mientras me veía con su único ojo.
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Pokemon: Lejos de Casa
FanfictionEl camino para volver a casa no será simple, decenas de pruebas, misterios y batallas se interpondrán en la misión que Matt tiene para regresar a su hogar. Es alejado de todos los lugares que conocía por Palkia, ahora en esta nueva región llena de m...