Capítulo XLVII

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Los profundos ojos rojos de Giratina se posaban sobre los míos. Nunca me gustó ni ha gustado ver directo a sus ojos, me recuerdan lo fuerte que es, y, lo antinatural de sus poderes. Aunque sea mi hermana menor, me incomoda lo fuerte que es, y, no soy la única que siente eso, Dialga tampoco se siente a gusto con ella, razón por la que las dos la evitamos en múltiples ocasiones.

─Disculpen la tardanza ─dijo la recién llegada Dialga─. Estaba solucionando un problema temporal en uno de los universos. Un Celebi envío a un humano al futuro y las cosas se salieron de control.

─Guardiana del tiempo y llegas tarde ─comencé a reír.

Giratina sin decir ni una palabra cambio a su forma de mínimo poder. Un octaedro estrellado de color amarillo apagado. Al tomar esta forma era un indicativo que ya deseaba comenzar la sesión.

Al ver la acción de nuestra hermana menor, Dialga y yo disminuimos nuestros poderes, por lo que cada una adoptó su forma particular. La guardiana del tiempo se transformó en un icosaedro truncado, con el color característico de un diamante, y, por mi parte tome la forma de una esfera rosada y brillante. Estas formas las tomamos exclusivamente cuando vamos a tener alguna reunión, para evitar alguna confrontación. Antes eran comunes nuestras constantes disputas y peleas, pero luego de tomar un acuerdo, las cosas cambiaron drásticamente, aunque las peleas siguen, ya no son como las anteriores.

─¡Bien! ─comenzó Dialga─ ¿Qué haremos con los humanos del universo, en donde nos toman como hombres?

─Estuve pensando en eso ─respondí─. Creo que lo mejor será enseñarles que somos lo contrario, dándole una visita a ese mundo.

─¡Buena idea, Palkia! 

Dialga se notaba alegre con mi respuesta.

─Es estúpido e inútil hacer eso ─mi animo se fue a abajo cuando Giratina señaló eso─. No nos debe interesar la manera en que nos ven los humanos u los pokemon.

─¡¿Qué estás diciendo?! ─replicó Dialga─ ¡Hay un sin fin de universos en donde nos reconocen como: guardiana del espacio a Palkia, y a mi, como guardiana del tiempo!

─¿Te interesa lo que piensen y digan unos cuantos humanos? ─preguntó Giratina─ Porque si es así, estas mal de la cabeza. Lo que realmente importa, lo que debe de tener valor es que reconozcan nuestra fuerza y lo que cada una de nosotras controlar. ¡Que más da si unos millones o todos los humanos nos vean de un sexo u otro! Nuestro padre Arceus, no nos concibió a las tres con un sexo definido. Ninguna de las tres puede tener un hijo o descendencia alguna, solo podemos crear seres gracias a nuestros poderes ─hizo una pausa y su brillo amarillento aumento─. Decidimos llamarnos hermanas por quien sabe que, simplemente lo hicimos y ya. No veo, ni entiendo la razón por la cual preocuparnos por algo tan efímero.

Giratina disminuyó su brillo.

─Bueno debes saber que en ese universo te toman como un ser maligno y con un carácter agresivo hacia el resto ─indicó Dialga─. Los humanos deben respetar nuestra fuerza, solo digo.

─¡Giratina tiene un buen punto! ─señale con rapidez, ya que presentía la riña que podía generarse─ Padre no nos otorgó algún sexo realmente, por lo que nos identifiquen con algún sexo, nos debe importar un bledo. Acabó de fijarme en eso, luego que Giratina lo señaló. Lo mejor es no darle importancia y hablar de lo verdaderamente importante, las incursiones dimensionales que se están dando en varios universos.

─Si... ese tema... ─la voz de Dialga se entrecorto─ aún esos humanos siguen siendo un problema. Han afectado casi cincuenta dimensiones aparte de las suyas.

─¿Qué has hecho para controlar la situación, Palkia?

La pregunta de Giratina me dejo en silencio. Los Hoopa que había enviado para realizar control de esas transferencia dimensionales, habían sido poco fructíferas.

Pokemon: Lejos de CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora