Capítulo IX

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Tras un breve descanso, Marshadow me guió por un sendero donde habían muchas rocas rojizas dispersas por el suelo, pues íbamos a una cueva llamada Terra que estaba alejada de la mansión.

─¿Por qué estábamos yendo a otro lugar lejos de los Norte? ─pregunte tras saltar una gran roca.

─No estás preparado y tus pokémon necesitan entrenamiento. ─respondió con una gran sonrisa.

El camino se hizo muy pedregoso por lo que tuve problemas al dar varios pasos, ya que, la diversidad del tamaño de las rocas me hizo complicada la caminata.

Los árboles volvieron a agruparse haciendo el camino oscuro por lo tupido de los árboles. De algún modo podía seguir el rastro de Marshadow, así que rápidamente acelere el paso para no perderlo de vista.

─Sí necesito entrenar, ¿por qué no le pido ayuda a él Sr. Norte? ─pregunté─. Él es un líder de gimnasio y bien habilidoso debo decir.

─Tienes razón Matt, pero por lo que vi en su derrota contra ese chico ─se detuvo a pocos centímetros de un charco de barro que a duras penas note─, él no es el apropiado para entrenarte.

─Entonces, ¿quién lo hará?

Marshadow continuó su paso y yo salte el charco para seguirlo.

─Tengo que entrenarte yo ─respondió tras unos minutos de silencio─. En tu mundo hay alguien que lo iba a hacer, pero, por las circunstancias en la que estamos, tengo que ser yo.

─¿Quién es ese alguien?

─No te puedo decir. ─dijo con seriedad.

─Más secretos...

Suspiré.

─No estás preparado para todo lo que necesitas saber ─comentó Marshadow justo cuando vi la entrada de la cueva─. No aún.

La entrada a la cueva estaba llena de musgo, enredaderas y muchas rocas rojizas. La oscuridad del interior parecía ser un vacío sin fin, donde no había escapatoria. Al principio sentí mucho miedo, por lo que me quedé de pie a unos cinco o siete metros de la entrada.

─Serás la primera persona a la que entrenaré, Matt.

Las palabras de Marshadow, hicieron que dejará de ver la oscuridad del interior de la cueva.

─Un pokémon entrenando a un humano, las vueltas de la vida ─comencé a reír hasta que mi mirada se fijó en la oscura cueva─. No puedo creer esto.

─Los humanos saben entrenar pokémon gracias a ciertos pokémon, solo para que sepas. ─comentó tajantemente.

Marshadow comenzó a entrar en la cueva y yo lo seguí.

En el interior la oscuridad y el silencio, eran inigualables. No podía ver mis manos ni oír nada más que mi respiración y mis pasos, pero de algún modo sabía que iba detrás del pokémon.

─Esta cueva es muy profunda ─dijo la pokémon─. Tiene muchos niveles y los humanos aún no conocen que hay al fondo de esta. Esta cueva es una gran prueba para muchos entrenadores pues no es nada fácil descender por los diversos niveles y lograr superar a los pokémon de cada nivel.

─Parece que esta cueva es como esos videojuegos que debes descender y cada nivel es más difícil ─comenté recordando los dos juegos que había superado años atrás─. Bueno ─respire hondo y exhalé─, esta entrada principal está mal cuidada. No hay luces ni nada.

─Esta no es la entrada principal ─expresó Marshadow─. La cueva tiene varias entradas, pero en fin, ya hemos llegado.

De golpe me detuve e intenté distinguir algo en la oscuridad, pero no logré ver nada.

Pokemon: Lejos de CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora