Pokemon: Lejos de Casa

Capítulo LXXII

Steelix luchaba contra una de esas extrañas criaturas que recién caían del suelo. Su cuerpo parecía estar formado por ladrillos negros, en los que se podían ver líneas y colores azules en su interior. El pokémon resiste cada golpe de mi Steelix y lo contraataca con lanzarrocas. Por otra parte Aggron llevaba combatiendo contra varias criaturas de un blanco casi transparente, quienes parecían una especie de Tentacruel por los tentáculos con la única diferencia que estos flotaban. Esos raros pokémon constantemente atacaban con veneno a mi pokémon de acero, y al ver que no les daba resultado, intentaban cubrir la cabeza de Aggron

─¡Trexo! ─grito Marcos desde el aire─ ¡Estos seres llegan a decenas! ¡Varios se han escapado! ¡Cortan ni yo podemos mantenerlos a raya!

─¡Vamos a retirarnos! ─le respondí al ver como más y más pokémon caían de aquella grieta en el cielo─ ¡Vuelvan! ─guarde a mis pokémon dejando solo a Lucario que seguía a mi lado.

Mi mejor amigo descendió con su pokémon volador de plumas negras con tonos metálicos, él cual podía llevar a Marcos sin ningún problema, apesar de su peso. El otro pokémon idéntico arribo del cielo, me subí al él y Lucario me siguió.

─¡Cortan, retirada! ─ordené al líder que volaba sobre su Zapdos atacando a varios de los pokémon que caían.

Pokémon de color rojo y gran musculatura, pokémon de color negro y delgados, eran algunos de los que habían caído, los cuales tras varias dificultades había logrado vencer y se encontraban dispersos sobre el campo de colinas ya destruidos por los impactos.

─¡Asciendan Corviknight! ─ordenó Marcos a sus pokémon─ ¡Los nuevos que están apareciendo son más fastidiosos! ─exclamó mientras los pokémon volvían a tomar vuelo.

─¡¿Ninguno de ustedes tiene pokeball?! ─preguntó Cortan sobre su Zapdos.

─¡No es tiempo para estupideces! ─indiqué mientras tomaba las riendas del pokémon volador─ ¡Necesitamos ir a la capital, esto debe ser obra de los de Novaca!

De mala gana Cortan acepto y esquivando a los pokémon que seguían cayendo, nos dirigimos hacia la capital.

Los Corviknight volaron con gran velocidad, lo cual era impresionante. "Había oído de las capacidades de estos pokémon, pero no pensé que fueran tan altas. Es impresionante que los del continente Ritro, los mantuvieran tan protegidos por tanto tiempo", en ese momento vi una gran devastación en la parte sur del bosque Bota, parecía que había sido una explosión por los árboles caídos y los que aun ardían.

─¡Los desgraciados están en camino a la capital! ─grito Cortan que se posicionó sobre Marcos y yo con su pokémon─ ¡Aceleren el vuelo!

Cuando estuve por responder un estruendoso ruido, me silencio. Parecían ser cohetes o motores de un avión, pero tal era su potencia que parecía ser otra cosa.

─¡¿Qué demonios?! ─dijimos a lo unísono todos.

Bajo nosotros dos extrañas criaturas de un tono verdoso y metálico, con objetos similares a bambúes a sus costados y de un gran tamaño, pasaron volando a una increíble velocidad, a la vez que las intensas llamas que las propulsaban quemaban el bosque bajo ellos. Iban tan rápido que no pudimos a hacer otra cosa que ver el rastro de destrucción.

─¡Vayan a la capital! ¡Yo me encargo de esas cosas! ─señaló Cortan─ ¡Zapdos alcanzalos!

Su pokémon eléctrico empezó a hecha chispas, antes de tomar una velocidad que dejó rayos en el aire, dejándonos atrás. Los porque nos llevaban se detuvieron por la electricidad el aire, ya que ellos se llevan fatal con los rayos.