Capítulo XXXIII

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La oscuridad me sorprendió bastante, ya que, la luz de la luna ilumina todo alrededor, pero, justo donde venia la voz estaba totalmente oscuro.

─Me llamo Thomas... Thomas Fory.

─Yo me llamo Matt. Matt Franco.

Cuando termine de responder de la extraña oscuridad, salio un chico de unos veinte años, con un cabello castaño -muy claro- y un tono de piel morena; vestía una franela gris con una estrella negra, un short gris y una pulsera blanca con una piedra incrustada, no tenía zapatos ni nada que protegiera sus pies.

─No pensé que hubiera alguien por este lado de la montaña ─me miró con sus ojos marrones mientras terminaba de acercarse─. Tus pokemon me ponen nervioso, no vengo hacerles daño ─levantó sus manos y note que cargaba cuatro pokeballs en su cintura─. De verdad.

─Chicos, calma. Vengan acá ─sin dejar de mirar al muchacho Ditto y Elekid se acercaron hasta mi. Thomas se sentó en la roca frente a la fogata─. ¿Qué le paso a tus zapatos? No es común que uno caminé sin alguna protección en los pies.

─Hace dos años los perdí en las cuevas de esta montaña.

─Así que llevas dos años en esta montaña ¿No has ido a los pueblos cercanos en estos dos años?

─Realmente no. He estado entrenando todo este tiempo, por lo que ir a alguno de los pueblos cercanos me era una perdida de tiempo.

Fue en ese instante que al ver su sombra note un brillo azulado por un segundo. De inmediato entre en guardia.

─Entonces ¿Estás sólo tú y tus pokemon o alguien más esta contigo?

Como si fuese dicho una verdad, su rostro cambio de golpe y se puso muy sombrío.

─Bueno según veo también alguien se esconde contigo ─respondió mientras estiraba sus brazos─. Todos escondemos algo ¿No te parece?

─Sí... ¿Entonces qué haremos, Thomas?

Ya comenzaba a sentir una mala sensación.

─Yo como dije no quiero problemas, Matt. Por eso te presentaré a mi amigo si tú haces lo mismo...

─Sal de ahí, Darkrai. Ya estas grande para andar con jueguitos conmigo ─el brillo verdoso apareció sobre la roca donde descansa Zygarde─. Pensé que el muchacho tenia malas intenciones por el aura que emanaba, pero eres tú. Deja la broma y preséntate.

El núcleo azul apareció viendo al muchacho.

La sombra tras Thomas se levantó y luego unos ojos azules aparecieron en medio de la sombra, luego una mancha roja y blanca acompañaron a los ojos, para que finalmente Darkrai hiciera acto de presencia. Todo su cuerpo se movía como Marshadow cuando estaba en su modo de sombra, pero con la diferencia que Darkrai tenia una rara forma roja, parecida a colmillos, y, lo que debía ser su cabello, era blanco e igualmente se movía lentamente como el humo.

─Sentí una extraña esencia por eso le dije a Thomas que se acercará ─una voz gruesa y grave provenía de Darkrai─. No imagine que sería usted Zygarde Azul. Disculpe las molestias.

─No te disculpes. A veces las cosas pasan.

─¿Ya se conocían, Maestro? ─preguntó Thomas al Darkrai que se sentaba a su lado.

─Sí. Desde hace mucho tiempo lo conozco. ─respondió Darkrai.

─No tenía conocimiento, que tuvieras un pupilo Darkrai. ─indicó Zygarde.

─Lo salve y decidió seguirme. Desde ese momento lo he entrenado. ─respondió Darkrai.

La extraña sensación se desvaneció. Thomas y yo no dejábamos de ver al pokemon acompañante del otro. Me parecía muy extraño ver al famoso pokemon de las pesadillas y rival de la pokemon de los buenos sueños, Cresselia, hablar con cierto temor a Zygarde, y, también Thomas lo había notado.

Pokemon: Lejos de CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora