Capítulo VII

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                                                                                                                                                                             Al sur de Sier


El brillo de la luna resplandecía sobre las tranquilas aguas del lago Gema, mientras que una brisa del norte viajaba con calma entre los árboles alrededor del lago. Un leve silbido del aire podía oírse por el silencio del lugar, lo cual me ayudaba a mantenerme concentrado en mis cuestionamientos sobre lo que estaba por avecinarse al mundo.

A las orillas del lago mi cuerpo se encontraba sobre una gran roca, esperando a que Xatu emergiera de la caverna submarina de las profundidades del lago, pues, en este lugar era el más apropiado en todo los alrededores para poder conciliarse la mente y el cuerpo, en uno solo. Desde tempranas horas de la mañana, Xatu, había descendido hasta el fondo, por lo que ya llevaba catorce horas con su meditación.

Como desde hace varios siglos, mi familia se había dedicado al cuidado y protección de la especie de Xatu, lo cual me mantenía obligado a no separarme de aquel lago mientras las meditaciones de Xatu seguían. Fuera hambre o ganas de ir al baño, yo debía tenerlas y mantenerme sentado en aquella roca a la salida de Xatu, más aún, siendo el último miembro de mi familia y siendo Xatu, el último de su especie. De una manera muy irónica, ambos habíamos sido los últimos sobrevivientes de nuestras familias, y ahora cada uno protegía al otro.

Mire la luna en lo alto del oscuro cielo, rodeado de decenas de estrellas que titilaban levemente. Mi mente estaba a punto de correr hacia recuerdos del pasado, pero, un brillo violeta comenzó a aparecer en el lago, lo cual me hizo volver a la realidad.

─Te demoraste bastante hoy, ¿no? ─dije a Xatu. Su cabeza verdosa con un pico amarillo, ya se asomaba fuera del agua─ Ya me duelen los glúteos y tengo hambre. ¿Qué tal la información?

─La información que obtuve hoy, es muy importante ─a pesar de no abrir su pico su voz sonaba con claridad en mi cabeza. Muchos recuerdos golpearon mis pensamientos, pues al principio me la llevaba muy mal con los poderes psíquicos de Xatu al hablar conmigo─. Además no pareces tener mucha hambre, ya que, dejaste varias semillas de bayas ahí ─señaló con una de sus alas blancas el lugar donde antes estaba sentado. El pokémon no se equivocaba, si bien, yo no podía moverme de mi posición cuando él estaba en el lago, mis pokémon podían ir y venir, lo cual aproveche para poder comer─. Necesito que tomes lo necesario para un viaje a ciudad Sal.

─¿Para qué necesitamos ir allí? ─pregunté. Normalmente no haciamos viajes largos, siempre la visita la hacían hasta nuestra morada.

─Alguien que irá a esa ciudad necesitará de tú ayuda ─se acercó un poco mientras se elevaba con sus poderes psíquicos que lo envolvían en una energía violácea─. El destino de muchas personas dependen de que ayudes a esa persona ─sus oscuros ojos redondos se mantuvieron en los míos─. Las cosas cambiarán, gracias a esa persona.

─¿Cómo sabré quien es? ─cuestioné, pues mi deber me mantenía lo más cercano a Xatu, e ingresar a una ciudad significaba que tendríamos que separarnos.

─Lo notarás fácilmente amigo ─dejó de mirarme para ver el cielo─. Mis días ya están por acabar. Soy el último de mi especie... ─su voz se quebró con esas últimas palabras.

─¡No digas eso Xatu! ─exclamé─ ¡Aún tienes mucho por lo que vivir! ─le agarre una de sus suaves alas y me puse frente a él. Mis pies se empaparon del agua del lago─ Tú y yo somos los últimos del clan Espiritual, lo sabes.

─Lo sé ─seguía viendo el cielo y una lágrima cayó al lago desde su ojo derecho─. Eso es lo horrible de poder ver el futuro ─más lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos lo que hizo que yo también empezará a llorar─. Ya sé cual es mi destino y no hay manera de cambiarlo.

Pokemon: Lejos de CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora