Capítulo LIII

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Corríamos por un largo pasillo de tuberías. Algunas desprendían humo y otras desprendían un líquido. Mi atención estaba fija en los ninjas que corrían junto al Manectric, y, de vez en cuando veía de reojo a Thomas. No debíamos llevar más de diez minutos, en aquellos túneles, cuando nos detuvimos de golpe.

─¡Nos están rodeando! ─exclamó el hombre ninja.

─Necesitamos salir de aquí ─indicó la mujer ninja─. No podemos enfrentarnos a Zarez.

─¡¿Qué sucede?! ─preguntamos a lo unísono Thomas y yo.

─Nos ordenaron sacarlos de ésta fortaleza ─dijo el hombre con ojos café─. Eso es todo lo que necesitan saber.

─¡¿Quién?! ─cuestione.

─¡Debemos salir! Después esa persona se encontrará con uste...

Una estruendosa y macabra risa, interrumpió a la ninja de ojos verdes. Los ninjas rápidamente nos cubrieron, uno apuntando a cada lado del pasillo. La mujer que estaba a nuestra derecha, sacó a un Ledian. Un pokemon de color rojo ─en su caparazón y cabeza─, crema ─en su pecho y cara─, blanco ─en sus puños─, y, negro en las extremidades; sus antenas negras se movían en todas las direcciones mientras sus alas emitían un leve zumbido.

La risa pasados unos segundos, fue acompañada de unos fuertes pasos.

─Saquen a su pokemon más fuerte, cuando se los diga ─señaló el hombre que parecía muy tenso y nervioso─. Tal vez así, podamos escapar todos de aquí.

─¿Quiénes son ustedes?

Ninguno respondió la pregunta, al oír que la risa se detuvo.

─¡No pueden escapar de esta fortaleza! ─la voz de Zarez recorrió todo el pasillo donde nos encontrábamos─ Primero porque es, ¡La gran fortaleza oriental! ─su voz se oía con más fuerza, pero no podía identificar de donde provenía─. Y segundo, porque ahora estoy más que interesada en ese Matt. El niño fue capaz de lastimar a mi hijo y herir a Roserade.

Su voz se dejó de oír junto al de las pisadas.

─Estén alertas ─dijo la mujer.

Un frio fantasmagórico, se movió silenciosamente entre los cuatro humanos y los dos pokemon.

Mi corazón latía a millón, mientras veia a todas las direcciones, esperando el lugar por el cual aparecería la madre de Fred y Zeraz.

─Yo no tiendo a ser blanda, con quien lastima a mis hijos ─nuevamente la voz de Zarez parecía venir de todas partes─. No soy como mi esposo Trexo.

Una horrible sensación se clavo en la parte posterior de mi cuello, al momento de girar, por mera reacción a la punzada, vi un terrible ojo rojizo con un redondeado amarillo, viéndome.

El solo hecho de ver aquel ojo, género un anormal miedo en mi corazón y existencia. Sentía que esos ojos clavaban agujas en mi cuerpo y a su vez me arrastraba hacia él.

─¡Onda voltio!

─¡Puño trueno!

A una velocidad increíble, una onda eléctrica amarilla golpeó la pared, que luego fue golpeada por los puños derechos de Ledian.

─¡Con ese Dusknoir, nos va rodear! ─grito el hombre.

─¡Ya lo sé! ─respondió en grito la mujer.

─¿Qué desean unos ninjas del clan escudo, con estos muchachos? ─preguntó Zarez─ Alguien gasto bastante dinero para contratarlos.

─¡No es de tu interés! ─exclamó el hombre.

Pokemon: Lejos de CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora