Capítulo XVII

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Lugar desconocido



En un punto de la existencia, donde la oscuridad abunda sin cesar, y el vacío estaba presente donde quiera que estuvieras, no podías sentir el frío ni el calor pero si podías sentir una gran e incomprensible presión que lo ahogaba todo, incluyendo la oscuridad y el vacío.

Lo que pudieron haber sido siglos o incluso milenios, pasaban tan rápido como un tren a toda marcha por un camino de vías rectas, mientras que el espacio se ampliaba y torcia constantemente.

Aquel lugar desconocido y solitario, tembló, luego aparecieron de un instante a otro una esfera perlada y con ciertos tonos azulados, un diamante azul metálico con cortes toscos, y, una esfera mostaza que se agitaba y deformaba. Estos objetos comenzaron a danzar en círculos pero con un silencio solemne.

─¿Qué sucedió ahora? Están muy calladas ─dijo una voz proveniente de la esfera mostaza.

─Y Giratina siempre apresurada, ¿verdad Palkia? ─respondió el diamante.

─Si, ya sabes que siempre está ocupada con su mundo. ─la voz de Palkia resonó desde la esfera perlada.

─Yo si tengo obligaciones, no como ambas que con sólo el latir de su corazón o respirar ya hacen su trabajo. ─comentó Giratina con brusquedad.

─No te hagas la importante Giratina, ¿si? ─contestó toscamente Dialga─ El espacio no es sencillo de manejar.

─Ni el tiempo tampoco lo es. ─agregó Palkia.

─Lo sé, pero tengo que vagar por todas partes arreglando sus desastres ─Giratina enfureció haciendo muchas deformaciones en su objeto, que ya no tenía una forma concreta─. ¿Para qué me llamaron? Tengo que resolver el problema de los Ultraentes y sus viajes.

─Pensé que ya lo había resuelto con el otro portal que había hecho. ─respondió Palkia.

─No lo hiciste, más bien aumentaste la cantidad de los Ultraentes en Tierra... ─dijo Giratina pero fue interrumpida.

─Si, si, si los Ultraentes. El problema es que un humano fue enviado a otro mundo diferente. ─dijo rápidamente Dialga quien había interrumpido a Giratina.

─Ni siquiera pueden mantener a los Ultraentes en su propio mundo y se ponen a enviar humanos de paseo... ─expresó Giratina con desdén.

─Teníamos una pelea y el humano... bueno no se como pero estaba en nuestra zona de turbulencia ─soltó Palkia─. Así que para que saliese de allí, abrí un portal que pensé que lo mandaría fuera de la zona pero resultó que no...

─Ósea además que Padre me creó para contenerse, para mantener el equilibrio en toda su creación, también tengo que limpiar sus estupideces ─Giratina dijo sus palabras con mucha furia─. ¿No puedes volver a ese punto del tiempo para sacarlo o mandar alguno de tus millones de Celebis a buscarlo, Dialga? ¡No! Mandemos a la hermana menor que está trabajando y haciendo labores.

─¡Calmate Giratina! ─exclamó Dialga─ No puedo hacer eso de sacarlo en ese punto ni mandar a un Celebi.

─¿Por qué dices eso Dialga? ─preguntó Palkia.

─El muchacho no tiene rastro temporal, no se como pero no tiene. ─respondió Dialga con vergüenza.

El silencio acompañó esas palabras después. Pasados lo que se podría decir segundos o tal vez milenios, pues en este lugar desconocido el tiempo anda sin control, Palkia habló.

Pokemon: Lejos de CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora