Los líderes de gimnasio, no habían sido los únicos que se huyeron del lugar. Mis soldados y yo decidimos retirarnos de inmediato, tras ver que aquellos pokémon caían sin para y uno tras otro. Algunos nos dieron su atención pero otros no, lo cual ayudó a nuestra huida.
─¡General Frédéric! ¡Debemos ir por la camioneta! ─grito la capitana Lorena mientras esquivaba algunos árboles del bosque.
─¡No nos digas, idiota! ─exclamó el teniente Drocan─ ¡Ya sabemos eso!
─¡Estamos a unos veinte metros de carro, general! ─señaló capitán Carl.
Decidí no responder nada, la situación me tenía impactado. "¡Lo sabia! ¡Mi instinto me lo decía! ¡Algo malo iba a pasar! ¡Lo sabia!", mis piernas se movían por si solas al igual que el resto de mi cuerpo, solo deseaba llegar a la camioneta y huir. "¡Esto no es obra de Novaca, de serlo ya lo sabría! ¡Esos malditos de Diciem! ¡Ya veo porque retrocedieron!", el resto de mis pensamientos fueron insultos al reino de Diciem, todo hasta que llegamos a unos árboles con marcas en forma de 'X', en medio de los árboles podía verse una gran cantidad de hojas aglomeradas de casi dos metros.
─¡Retiren el protector! ─ordené.
El teniente comenzó a retirar las hojas junto a el capitán, mientras la capitana volvía a liberar a su Persian para vigilar el área.
─¡Señor! ─dijo Lorena viéndome con sus ojos marrones.
El Persian tenía todo el pelaje de la espalda erizado mientras mantenía su mirada fija en uno de los arbustos.
─¡Detenganse! ─susurre con fuerza para llamar la atención de Drocan y Carl.
Todos quedamos inmóviles esperando con la mirada fija en ese arbusto no mayor a un metro. Podía verse que algo se movía lentamente en su interior.
─Drocan ─dije al calvo teniente─. Lance una roca hacia el arbusto. Espero tenga puntería.
Mantenía mis oídos agudizados por cualquier ataque que no proveniera, de ese arbusto. Ya estaba listo para combatir en caso de que fuese una emboscada, y lo que estuviera en el arbusto fuera una distracción.
─¡Hay voy! ─señaló el teniente tomando una roca no más grande que su mano.
Su lanzamiento fue limpio, ya que por mucho tiempo durante su infancia, él había jugado béisbol, y tenía entendido que era un buen jugador antes de unirse al ejército. Para asombro de todos la roca fue cortada a la mitad, al igual que el arbusto, dejando ver a un pokémon que nunca antes vi.
─Tenga cuidado, debe ser de esos que cayeron de la grieta ─comentó Carl.
─Acércate con cuidado, Persian, puede que hayan más en los alrededores ─ordenó la capitana Lorena a su pokémon.
La criatura no media más de treinta centímetros ─o eso me pareció por la distancia entre ambos─ y flotaba en el aire como una hija de papel. Sus colores blancos y amarillos le daban el aspecto de una servilleta, modificada para parecer un muñeco, lo que me recordó a un tipo de arte llamado origami.
Persian se detuvo cuando el pokémon comenzó a acercarse, empezando a gruñir y mostrar sus colmillos. Todos estábamos nerviosos por lo que podía llegar a hacer ese pokémon, ninguno antes había visto a tal pokémon y después de combatir contra pokémon jamás visto, manteníamos la cautela.
─Estén atentos y cuidado de los alrededores ─señale con la mirada fija en el pokémon y los oídos atentos a los alrededores.
El viento parecía llevarlo con calma, en dirección de la camioneta, deteniéndose al estar sobre ella ─ya se podía ver el techo y el parabrisas del frente─, el pokémon miro su reflejo en el vidrio y después dio varios giros sobre su propio eje, luego se movió tan rápido que mis ojos no lo notaron, quedando detrás de la camioneta con una postura muy extraña, como si cargará una espada.
Segundos después y en cámara lenta vi como la camioneta cubierta aun por las hojas y el protector, había sido cortado a la mitad como si fuese mantequilla quedando como dos rebanadas de pan. El pokémon tras eso, simplemente desapareció.
Los capitanes, el teniente y yo, nos vimos por unos segundos los ojos, una y otra vez intentando descifrar lo sucedió, sin llegar a una respuesta.
─¡De verdad lo corto a la mitad! ─exclamó Drocan moviéndose para ver el frente del carro.
En el suelo podía verse la gasolina cubrir la tierra y la hojas.
─¡Debemos movernos! ─ordené, comenzando a caminar─ Si un pokémon fue capaz de cortar a la mitad ese auto, sin que lo notaramos, no estamos a salvo.
─Con ese tamaño y velocidad podía cortanos, y, no nos daríamos cuenta ─señaló Carl con un rostro de preocupación.
─Carl, libera a tu Toxicroak ─dije viendo al capitán mientras veia el fino corte en la camioneta─. Dale una superpoción y que junto al Persian de Lorena vigilen nuestro alrededores.
─¡Entendido! ─respondieron ambos capitanes.
─De ahora en adelante hasta que no lleguemos a la base, evitaremos cualquier combate ─señale con autoridad─. Debemos informar esta situación y prepararnos para una batalla de tres frentes.
─¿A qué se refiere, general? ─preguntó Drocan subiéndose a uno de los capo para tomar algo dentro de la camioneta.
─Estoy seguro que esto es un ataque de Diciem ─respondí mientras dejaba atrás el auto─. Drocan, toma el bolso con los uniformes para quitarnos estos asquerosos trajes.
El teniente asintió e ingreso a la camioneta. Los capitanes habían enviado a su pokémon vigilar los alrededores, mientras esperamos por la ropa.
"Todo esto tiene mala pinta... Debemos llegar rápido a la base e informarnos de la situación. Creo que esto era lo que los nobles estaban soñando... el chico ese, debe tener alguna relación con esto... de alguna forma, aunque sea evidentemente un ataque de Diciem. ¡Esos rastreros traicioneros!", me calme al ver a Drocan con la bolsa de ropa.
─¡Tenemos tres minutos para partir! ─exclamé mientras volvía a acercarme a la camioneta─ ¡¿Qué es eso?!
Todos miramos al cielo al oír un potente ruido, parecido a un motor de una gigantesca aeronave. El ruido se hacía cada vez más fuerte y más fuerte.
─¡Corran!
Fue lo que salió de mi boca al ver como a lo lejos el bosque parecía estar ardiendo.
Sin pensarlo dos veces di la vuelta y eche a correr con todas mis fuerzas. A mi mente llegaron decenas imágenes aterradoras, y todas incluían el fuego y una explosión. Los demás me alcanzaron y no tardaron en superarme.
─¡Maldición! ¡Maldición! ─grite furioso luego de ver como Persian y Toxicroak me dejaban atrás como los demás soldados─ ¡Maldición! ¡Maldición!
Comencé a dar zancadas más largas, pero, aun mi cuerpo no se recuperaba de la corrida anterior, sentía como las fuerzas comenzaban a irse y una punzada en mi estómago me hizo detenerme de golpe y terminar rodando por el suelo.
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¡Hola! ¡Hoy te traigo una nueva historia! Si eres fan de los cómics o te gusta el género de superhéroes, te invito a leer: Ira y Luz.https://my.w.tt/i182WmEgO9
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Pokemon: Lejos de Casa
FanfictionEl camino para volver a casa no será simple, decenas de pruebas, misterios y batallas se interpondrán en la misión que Matt tiene para regresar a su hogar. Es alejado de todos los lugares que conocía por Palkia, ahora en esta nueva región llena de m...