Pokemon: Lejos de Casa

Capítulo VIII

Mis piernas dolían. El estar ya varios minutos en una misma posición, había entumecido mis piernas, por lo que me levanté y estiré las piernas mientras asimilaba la información que Marshadow me había explicado. En varias oportunidades intente que Marshadow me indicará las razones por las que llevaba tiempo vigilándome pero, todo fue respondido con una sonrisa carmesí que acabó resultando aterradora si mantenía la vista fija en ella.

"Ahora que recuerdo ─pensé─, las imágenes de Marshadow mostraban a un pokémon con una forma más pequeña y rasgos definidos. En cambio, el pokémon frente a mí, tiene el tamaño de un adulto y muy pocos rasgos definidos".

─¿Por qué... ─mi pregunta fue interrumpida por un aullido que resonó con mucha fuerza─ ¡¿Qué demonios fue eso?! ─exclamé mi pregunta con miedo.

Los ojos rojizos con pupilas amarillentas de Marshadow, se clavaron en mis ojos. Una mirada intranquila e impaciente pudo notarse en los pocos rasgos que se notaban en el rostro del pokémon.

─Debe ser el Lucario de Trexo ─respondió con impaciencia─. Se movieron más rápido de lo que esperaba.

─Entonces vamos con él. ─dije.

─Aún no puedes volver Matt ─Marshadow se desprendió del fuego que no tardó en extinguirse. Su altura era la misma que la mía, 1.78 m, una sorpresa para mí─. Debes entrenar primero, pues tus pokemon son fuertes pero, tú no ─una fuerza inhumana me volvió a arrojar contra el suelo─. Ahora calla y no te muevas ─la voz de Marshadow fue completamente aterradora─. Esto será un minuto nada más.

Caí presa del pánico y el miedo, cuando la pokémon se encontraba rodeándome y haciendo que partes de mi cuerpo fueran desapareciendo en una extensa oscuridad.

El miedo me estaba ahogando. Buscaba moverme pero ninguna parte de mi cuerpo respondía ante mis órdenes, era como si mi cuerpo estuviera paralizado totalmente. Continué forzando a mi cuerpo para que respondiera pero detuve mis intentos cuando en medio de los árboles, vi unos intensos ojos verdes.

De entre los arbustos apareció un Lucario, olisqueando el aire. Su pelaje azulado y negruzco, se notaba más oscuro por las sombras de los árboles y por la misma noche. La zona de su pecho, tenía varias hojas de arbustos adheridas al pelaje amarillento del pokémon. Por otro lado, las orejas de Lucario se mantenían firmes pero atentas a cualquier sonido. El pokémon miró en todas las direcciones mientras se acercaba a la tierra chamuscada por el fuego de Torchic, donde se detuvo y olió los restos del extinto fuego, despues volvio a olisquear el aire para correr hacia otra dirección en el bosque, perdiéndose en él.

Pasaron unos largos minutos y luego, mi cuerpo volvió a aparecer sobre el suelo. Un frío inigualable recorrió mi cuerpo cientos de veces mientras Marshadow volvía a aparecer de mi sombra, dejando un pálido brillo morado atrás.

─¿Qué fue eso? ─pregunté al frío de mi cuerpo desvanecerse─ ¿Qué ha sido todo eso?

─Es solo una habilidad para ocultar, así era como te veía y te vigilaba ─empezó a ir en dirección contraria al Lucario─. Sígueme y te explicaré varias cosas que necesitarás por los momentos.

─¿Por qué debo seguirte?

─Porque soy probablemente el único ser en todo este mundo que realmente se preocupa por tu bienestar.

Marshadow comenzó a acercarse a los arbustos, por lo que por un momento decidí ir en la dirección donde Lucario había ido, pero la frase del pokémon que me había ocultado me hizo cambiar de opinión.

─Si me sigues, sabrás la razón por la que mi voz te parece conocida.

Caminamos rápidamente por varios senderos del bosque, en los cuales aparecieron varias manadas de Paras y Parasect, las cuales paseaban en fila con los hongos morados a sus espaldas, todos parecían ignorarnos y solo seguían sus caminos. Marshadow, en varias oportunidades se detenía de improvisto y yo lo hacía igual. Luego salimos de los senderos y nos sumergimos entre los matorrales y arbustos. Caminamos entre los árboles con silencio y cautela hasta que Marshadow comenzó a hablar tras largos minutos de silencio.